En muchas ocasiones he escuchado a personas insensibles decir «no cojas tanta lucha con ese animal que no es una persona o no puedes actuar como si tuvieran sentimientos», frases que de alguna manera justifican el maltrato para esos individuos.
Y es que en Cuba, país donde se ha abogado y luchado tanto por los derechos humanos, han quedado un poco desprotegidos los derechos de los animales.
¿Cuáles son las principales violaciones a los animales que a diario vemos? ¿Nos hemos acostumbrado al maltrato animal? ¿Han terminado las esperanzas para los animales en Cuba con la ausencia de una ley?
Las campañas hablan de cuidado al medio ambiente, de evitar la tala indiscriminada de los árboles o de hacerle frente a la propagación de enfermedades por vectores. ¿Pero alguna vez se han creado campañas de bien público para sentenciar el maltrato hacia los perros, gatos, caballos, aves, en fin cualquier especie animal? Hasta ahora todas nuestras batallas han sido para cuidarnos a nosotros mismos y ¿nuestros animales qué?
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Cuba se ha quedado atrasada respecto a otras naciones del mundo en cuanto a leyes que exijan el cuidado animal. El último atisbo de esperanza fue hace algunos meses ante las discusiones del proyecto constitucional pues muchas personas y organizaciones no gubernamentales hicieron un fuerte reclamo para avalar legalmente la protección animal.
A diario vemos acciones que avergüenzan a la especie humana, pero al ser tan cotidianas de alguna manera hemos aprendido a convivir con ellas. Recuerdo que cuando era pequeña terminaba ofendiendo al cochero cada vez que con un latigazo le hablaba a su animal. Estas pueden ser de las especies más maltratadas en Cuba.
La venta de animales con buen pedigrí o raza, como decimos comúnmente, se ha convertido en un negocio. Pero en el proceso hasta que un dueño los lleva a casa, esos pobres animalitos muchas veces no beben, ni comen o están al sol. Algunos solo los compran por darse el lujo de tener una mascota llamativa en casa.
La reproducción desmedida de gatos y perros ha provocado que nuestras calles haya presencia de estos, casi siempre en las peores condiciones. Pero pensemos en estos animales que no tienen dónde comer, dónde dormir ni nadie que les brinde cariño; es triste. Nuestra ciudad pierde más belleza con cada animal que vaga por las calles sin destino.
Y si a todo eso añadimos las pocas condiciones para que los dueños preocupados atiendan a sus animales y el precio que deben pagar por adquirir las medicinas, es evidente que en Cuba hay un serio problema de protección animal.
Una mascota con un dueño preocupado tendrá mejor semblante que una que vague día y noche por las calles. Entonces esos sentimientos que muchos no logran apreciar sí están ahí en nuestros animales. Sus estados de ánimo, sus muestras de cariño, su lealtad, demuestran que sin palabras ellos hablan.
Ellos sienten dolor al igual que nosotros, hambre, frío, bienestar, tranquilidad pero a diferencia de los humanos, no tienen una voz para comunicarlas. Ellos brindan la alegría que una persona quizás no pueda y perciben la tristeza cuando nadie lo hace.
Es momento de cambiar y si las leyes todavía no nos respaldan, que lo haga la conciencia.
Y usted qué piensa. ¿Tiene alguna experiencia cercana a una mascota? Conoce de algún maltratador. Cualquiera que sea su opinión puede emitirla a través de este espacio o del correo tiempo21podcast@gmail.com. Yo soy Leydiana Leyva Romero y lo invito a un próximo debate Sin pelos en la lengua.
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