Preguntar a cualquier cubano sobre Fidel, permitirá encontrar miles de respuestas según la cantidad de encuestados. Cada uno con anécdotas diversas.
Unos através de la historia, otros al haberlo conocido, estrechar sus manos, sentir su abrazo como el de un buen amigo o, quizás, compartir el mismo espacio físico; como le ocurrió al joven instructor de arte, del municipio de Colombia, Wilfredo Rodríguez Hernández, durante la segunda graduación de la Brigada José Martí.
«Indudablemente para mí pertenecer a esa graduación fue una gran motivación, pertenecer a la segunda que se efectuaba. Los que nos graduábamos en octubre de 2005 esperábamos al Comandante, porque ya había estado en Villa Clara en la primera y nosotros estábamos ansiosos, aunque no sabíamos si estaría o no. Ya en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, en La Habana, donde se efectuó el acto, llegó, y se hizo un silencio, y ahí estaba el Comandante. Fue un momento emocionante».
Para Wilfredo pertenecer a la brigada de instructores de arte José Martí, proyecto creado por Fidel, constituye un privilegio.
«Gracias a Fidel soy instructor de arte. Porque hubiera podido haber hecho otra cosa, carpintero o tornero como mi padre, pero materializar la creación a través del arte, era el complemento perfecto.Yo estoy muy agradecido de esta genial idea del Comandante, porque me hice instructor de arte, luego realicé la licenciatura y luego la maestría, todo gracias a él».
Para este joven instructor en la especialidad de artes plásticas, del municipio Colombia, su graduación y el encuentro con Fidel, constituyen de los mejores momentos de su vida.
«Fue muy gratificante, una experiencia que nunca voy a olvidar. Sentir su presencia, esa energía que emana todavía después de cinco años de su partida física. Es un legado que aún sigue, y que los instructores de arte, sabremos mantener y ese es mi compromiso con Fidel».
/nre/
Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube