Puerto de Manatí (Las Tunas).- Entrar o salir de este lugar se ha convertido hoy en uno de los actos más difíciles para los más de 800 habitantes de esta comunidad costera, aislada y alejada de la cabecera municipal, con todo lo que ello implica para la propia vida de las personas.
Hoy no hay un solo porteño de este apacible lugar que pueda trabajar fuera de su terruño porque no tiene cómo viajar. Nadie prácticamente puede viajar a Manatí a visitar a un familiar, ir a un comercio, y si de una necesidad médica se trata, en uno de los dos días de la semana en que funciona el trencito o el coche motor, llamado también carahata, el paciente llega al pueblo muy temprano en la mañana y no puede regresar hasta por la tarde, aunque vaya en compañía de un niño pequeño o lactante, como son muchos los casos.
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El delegado de la circunscripción 11, de esta comunidad, Alberto Ramos López, ofrece su opinión al respecto y todas las consecuencias negativas para su pueblo.
«El tema del transporte nosotros lo hemos revisado con la Dirección de la Asamblea Municipal del Poder Popular y la Empresa encargada de esa actividad, y la población está inconforme, porque desde hace mucho tiempo, antes de la pandemia de la Covid-19 se limitó a dos viajes a la semana: lunes y viernes, cuando esta es una comunidad en la que sus habitantes tienen que resolver sus problemas fuera del poblado», dijo.
Señaló que los dos viajes se realizan a las 4:00 de la mañana y a las 5:00 de la tarde, lo cual tampoco beneficia porque quienes tienen que ir a Manatí a cualquier gestión, e incluso las madres con niños pequeños que van al médico deben esperar todo el día para regresar a sus casas.
[penci_blockquote style=»style-3″ align=»none» author=»»]«Esta comunidad no es como otra que se sale a la carretera y uno va hacia otros lugares, aquí la única vía es el ferrocarril y por el camino las motos triciclos que son demasiado caras porque su precio alcanza hasta los 30 pesos por persona. Nosotros conocemos las limitantes con el combustible, pero estamos hablando de solo 30 litros diarios para el trencito y el carahata por lo que no es imposible», asegura.[/penci_blockquote]
La más cercana posibilidad de los pobladores del Puerto de Manatí para entrar y salir de la comunidad es las llamadas chivichanas, pero el precio de 20 a 30 pesos que cuesta un viaje lo hace inaccesible para la gran mayoría de la población.
Urge entonces un análisis casuístico por parte de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Manatí y la Dirección de Transporte, porque los habitantes de esa comunidad costera no pueden seguir condenados a no salir del lugar, teniendo en cuenta que esos lugares constituyen una de las más valiosas propiedades, además de todos los valores y beneficios que ellas generan, y no pueden considerarse separadamente de las actividades realizadas en el medio terrestre.
/mga/
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