Las Tunas.- Estas son imágenes del 19 de agosto. Imágenes que dan escalofríos porque demuestran cómo las personas son capaces de desafiar al SARS-Cov-2 causante de la covid-19, sin la más mínima percepción de un riesgo que es real y letal con la variante Delta del virus.
Y no es porque el sábado van a cerrar la ciudad de Las Tunas durante dos semanas para tratar de frenar el contagio y las personas compran alimentos. Estas son imágenes cotidianas, en cualquier día de la semana.
Las aglomeraciones son una de las principales causas de contagio con el coronavirus, si no la principal. Entonces, ¿qué les pasa a las personas? ¿Es que no quieren su vida y la de sus familiares? ¿Dónde está la responsabilidad individual?
Nadie puede saber cuántos casos positivos asintomáticos hay en esas aglomeraciones. Ya no es un problema de conciencia porque está demostrado que por mucho que se insista -y se insiste todos los días- no se entiende. Y no se entiende que la provincia de Las Tunas en los últimos siete días acumula dos mil 134 casos positivos y de ellos mil 916 son del municipio cabecera, que es decir, de esta ciudad, una situación extremadamente compleja.
La disciplina consciente cuando no se adquiere se impone. ¿O para qué existe el Decreto 31 De las infracciones de las medidas sanitarias para la prevención y enfrentamiento de la Covid-19? ¿Qué se espera para aplicarlo con el rigor que se requiere? ¿Por qué no se exige por ello?
Si a muchas personas no les importa su vida, pues bien, pero tiene que importarles la de su familia y los demás. Basta ya de no mirar críticamente la situación que se vive en Las Tunas y no sigamos esperando que el virus siga enfermando y ocasionando muertes que pueden evitarse. No se entiende, pues se impone el entendimiento, apegados a las leyes. Esa es la cuestión.
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