Las Tunas.- Puede que para muchos la nombrada, por estos días, Ley Helms Burton, sea más de lo mismo. A veces hacemos oídos sordos hacia este nuevo pronunciamiento, que recrudece el bloqueo económico contra la Isla y conlleva a otras agravantes.
Sin embargo la realidad cada vez se torna más complicada y lejos de ser justificaciones hacia nuestros principales problemas, debemos poner luz roja, estar atentos y comprender que estas leyes no tienen otro objetivo que destruirnos poco a poco.
La Helms-Burton pretende presentar demandas por la propiedad de la vivienda que ocupan nuestros centros de trabajo, la escuelas, los terrenos sobre los que producen nuestros campesinos y se edifican viviendas, los camagueyanos condenamos el carácter extraterritorial de esa ley. pic.twitter.com/4YuAoEpgsk
— Cadena Agramonte (@cadenagramonte) 25 de junio de 2019
Ahora el mencionado capítulo tres tiene como tarea y objetivo fundamental, propiciar la devolución o pago a los antiguos dueños de todas las propiedades que sean reclamadas por estos o sus descendientes, hayan sido estadounidenses o no al momento de las nacionalizaciones.
Hablo de que ahora puede aparecer un americano cualquiera, o un cubano residente en otro país, y reclamar las tierras que sustentan a innumerables familias cubanas, desde que fueron entregadas en el año 1961, en la Primera Ley de Reforma Agraria.
Por consiguiente, los cubanos estarían obligados a devolver, restituir o pagar a reclamantes de los Estados Unidos por la casa donde viven, el terreno donde se edifican sus comunidades, la tierra agrícola donde cultivan y producen, la escuela donde se educan sus hijos, el hospital o el policlínico donde reciben servicios médicos, donde está su centro de trabajo, donde tienen un negocio particular, además de por los servicios de electricidad, agua y comunicaciones subsidiados que disfruta la población.
#Cuba con ley Helms-Burton o sin ley, seguiremos venciendo. #SomosContinuidad pic.twitter.com/tGDdIojwEe
— M@tthew30 (@Mtthew301) 24 de junio de 2019
¿Por qué? Porque esta ley tiene de base una gran mentira, plantea que las nacionalizaciones llevadas a cabo poco después del triunfo revolucionario fueron ilegítimas o indebidas.
Es por ello que a las leyes que imponen contra nuestro país, lejos de hacer oídos sordos, hay que conocerlas, estudiarlas y enfrentarlas.
/nre/
Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube