Refraneros, chistosos, ocurrentes: así somos los cubanos. Cuando hablamos usamos muchas frases, dichos, diretes, piropos, metáforas muy simpáticas.
Algunas han sido incorporadas y adoptadas de vivencias cotidianas; otras provienen en muchos casos de poemas, novelas o canciones…
Los dichos y frases populares nos acompañan a diario, pues usamos expresiones graciosas para comunicarnos en cualquier situación.
A los clásicos refranes, por ejemplo, les cambiamos el mensaje según el momento y las circunstancias. Así la letra del tema Nacimos ángeles de Buena Fe ha cambiado los clásicos: Árbol que nace torcido jamás su tronco endereza y Camarón que se duerme se lo lleva la corriente por Árbol que nace torcido, la ciencia se lo endereza y Camarón que se duerme, se lo comen los turistas. En las calles de Las Tunas muchos los reconocen por esta nueva versión.
El presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Las Tunas, Carlos Tamayo, dice sobre el refranero que «forma parte de la cultura popular tradicional de todos los países, y que aunque sea popular muchas veces proviene de una obra escrita.
«Hay personas que van a ver teatro y un personaje dice una expresión y ese parlamento luego lo escuchamos en la calle, lo mismo sucede con las telenovelas».
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Otros dichos populares han surgido de canciones, y generalmente, los utilizan los más jóvenes. Por ejemplo la frase Hasta que se seque el malecón cuando se refieren a un tiempo largo; o Monta que te quedas cuando quieren apresurar a alguien. También utilizan Tienes que parar para llamarle la atención a alguien.
Aunque los de más edad todavía usan los tradicionales refranes: Al que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija; Más vale pájaro en mano que cien volando; Al que Madruga Dios lo ayuda…
Con el tiempo estos dichos se hacen más breves y a veces más vulgares. Coger un diez, es tomar un descanso; estar quema´o es ser muy inteligente; si amaneces con el moño vira’o, tendrás muy mal humor, y si te van a hacer la vida un yogurt, ¡aguanta lo que te espera!
Cada modo de hablar es diferente y el lenguaje está siempre en desarrollo. Como los cubanos no vivimos ajenos a ello, estas ocurrentes frases nunca desaparecerán. Depende de todos cuáles legamos a las generaciones futuras. Ojalá les sean tan útiles como las aleccionadoras que, por tradición oral, hemos aprendido nosotros.
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