Las Tunas.- Todas las personas de San Esteban, barrio rural del municipio tunero de Manatí, andan muy entusiasmadas por estos días porque muy pronto, dispondrán de un servicio de agua seguro y de calidad.
Allí está en fase de prueba un acueducto instalado por una brigada de la Mipyme privada Ecoch, constructora de obras hidráulicas y civiles.

Alcides Naranjo Pérez, uno de sus socios comentó a Tiempo21 que es un sistema de un kilómetro y medio, entre la conductora secundaria y la principal de 75 milímetros, que está conectada a la fuente subterránea del Cerro de Caisimú para favorecer a cerca de 40 viviendas y 150 personas, la mayoría de ellas adultos mayores que toda la vida han recibido agua en pipas con todas las contrariedades que ello implica.
“En alianza con trabajadores de la Unidad Empresarial de Base de Acueducto y Alcantarillado del municipio de Manatí, hace pocos días terminamos otro acueducto, de unos 550 metros, en el barrio de Eucalipto para un número similar de habitantes, que ya reciben el servicio. Ambas obras serán inauguradas el día 25 de julio en saludo al aniversario 72 de la gesta del Moncada”.
El gran sueño de todos en San Esteban
“Toda mi vida he residido en este lugar y le puedo asegurar que este ha sido un sueño muy anhelado por todos aquí”, dijo, mostrando su satisfacción, Berta Ávila, jubilada de cocinera en una escuela y quien por muchos años fue la delegada del Poder Popular en la zona.
“La mayor alegría nuestra será abrir las llaves y ver el agua caer, se acaban los dolores de cabeza por su falta. Hasta ahora solo la recibíamos en pipas, ya últimamente una vez al mes y a veces teníamos que esperar hasta dos meses o más tiempo”.
Desde que los integrantes de la brigada de la Ecoch llegaron hace un mes a San Esteban, Berta, su esposo Edilberto Eduardo Rodríguez y su hijo Eduardo los acogieron en su casa, brindándole todo el apoyo posible.

Allí tienen un campamento donde se logran hasta imposibles gracias a la colaboración de muchas personas del barrio. Ella cocina, les prepara café, su marido friega y los vecinos aportan algunas especias, viandas y todo lo que pueden para elaborarle mejor los alimentos.
No es la primera vez que la familia Rodríguez Ávila pone su vivienda al servicio de la comunidad. Conversando con Eduardo (hijo) supimos que antes dieron atención humilde pero entrañable a las brigadas que llegaron de otras provincias para el restablecimiento de servicio eléctrico y de las comunicaciones tras el paso del huracán Ike.
A casa de sus padres también funcionó como aula cuando el ciclón destruyó la escuela y en tiempo de la pandemia de la Covid 19, mientras otras cerraron sus puertas por temor al contagio, ellos no titubearon para ofrecerla como vacunatorio.
Eduardo Yoel Velázquez también vive en San Esteban. En las últimas semanas dedicó con mucho gusto, dice, cada uno de sus días a cumplir con su función habitual de inspector del transporte y a trabajar con la brigada que instala la conductora.
“Hemos trabajado duro con ellos, lo mismo abriendo y que tapando zanjas, conectando las redes a las casas, cargando tubos, en fin haciendo lo que haga falta en un esfuerzo colectivo porque es una obra para beneficiarnos y mientras más ayudemos más pronto la disfrutaremos”.
El agua al fin llegó
“El acueducto es una de las obras de más impacto en la vida de los habitantes de San Esteban donde el abasto siempre ha sido en pipas con todos los altibajos que ello implica por las carencias de neumáticos, baterías, combustible, el mal estado de los viales y otras razones”.
Al expresarlo Carlos Alberto Cobas Acosta, el delegado del Poder Popular, subrayó que en los últimos tiempos el agua la traían en tractores de la Unidad Básica de Producción Cooperativa de Meriño, sorteando muchas dificultades.

“El ciclo a principio era cada 15 días pero se fue alargando hasta llegar a veces hasta tres meses por falta de combustible, principalmente”.
“Ahora por primera vez y después de 22 años planteándolo en las reuniones de rendición de cuentas, esta población va a tener una red que les garantiza agua potable con regularidad.
“La misma provine del Cerro de Caisimú, en el centro del consejo popular, donde hay un pozo con reserva para abastecer este y otros asentamientos.
“Ahora queda un número muy reducido de viviendas ubicadas en una zona alta que no fueron conectadas al nuevo servicio. Como son pocas seguirán siendo abastecidas por pipas pero con más sistematicidad”.
El sistema de acueducto instalado en San Esteban forma parte de un programa de la Delegación de Recursos Hidráulicos en Las Tunas para ir eliminando la insegura y costosa entrega de agua en pipas, concentrada en comunidades de la zona norte de la provincia principalmente, varias de ellas, en Puerto Padre y Manatí, abastecida solo con ferrocisternas.
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