El verdor de los potreros rodea a La Jatía, una pequeña finca convertida en centro de desarrollo de novillas de la unidad básica de producción cooperativa Waldemar Membrado, del municipio de Las Tunas, donde un pequeño colectivo trabaja cada día para desarrollar la ganadería desde su pedacito, y lo logra.
La vaquería es modesta y sencilla, limpia y bien cuidada. Radelis Martínez Jiménez es, jefa de la unidad, donde además trabajan dos obreros que al mismo tiempo hacen guardia y el ordeñador Roberto Acosta Rodríguez, quien también lo hace todo, y en lo personal es el esposo de Radelis desde hace 14 años.
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Roberto Acosta es de pocas palabras, lo de él es ordeñar, caerle atrás al ganado, atender los cultivos varios que tienen y ser feliz con lo que hace.
El matrimonio vive en la propia unidad. Es una casita acogedora, y en la sala fotos de los cuatro hijos adornando las paredes. En la cocinita, Radelis cuela café, amargo y fuerte que degustan los visitantes.
Es este un lugar apacible, donde el mugir de las reses y el canto de los pájaros acompañan a los trabajadores, que conforman uno de los mejores colectivos de la unidad básica de producción cooperativa Waldemar Membrado, porque Radelis y Roberto, los principales protagonistas de esta unidad empujan todos los días para lograr buenos resultados en su labor.
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