Las Tunas.- Es la vida el bien más preciado que poseemos, y durante los últimos dos años, esta valiosa posesión se ha visto en estado de sitio constante ante un enemigo invisible y mortal.
Pero no importa cuán largo sea el túnel, el tiempo demuestra que siempre existe una luz al final del camino cuando la esperanza, el empeño y la dedicación rinden frutos.
Así reciben los niños y adolescentes de Las Tunas el pinchazo salvador, ellos que son motivo de desvelo para los padres y el resto de la familia. Porque si ellos están protegidos, también lo estamos nosotros, y somos felices.
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