Hay verdades que estremecen el alma cuando se viven con la intensidad de esta mañana. Resulta difícil cuantificar a un pueblo, porque así lo fue. Puertopadrenses de todas las edades salieron a las calles, es imposible quedarse inmóvil cuando está en juego el futuro de la nación.
Llegaron “los que aman, los que fundan” y se saben responsables del destino de esta tierra, hasta los tres puntos desde donde salieron a la voz de “venceremos”.
Los puertopadrenses tenemos claro lo que queremos. A más de uno escuché decir “yo vengo por el amor, por la unidad, porque trabajar juntos es la única manera de salir adelante”.
“A Cuba, ponle corazón”, “Yo soy Fidel”, los versos de Bonifacio Byrne se gritaron una y otra vez Avenida abajo, en una muestra del compromiso que sentimos con tanto valor conquistado por más de seis décadas.
Los predios del malecón marcaron el final de la marcha, pero el principio de algo mayor.
El Moncada de ayer, fue “ese motor chiquito” que impulsó al grande a triunfar 6 años después. Nuestro Moncada de hoy, inevitablemente nos moverá a un mejor mañana.
Silvio sigue resonando en estos días:
Te convido a creerme cuando digo futuro
si no crees mi palabra, cree el brillo de un gesto
Cree en mi cuerpo, cree en mis manos que se acaban.
Te convido a creerme cuando digo futuro
si no crees en mis ojos, cree en la angustia de un grito
cree en la tierra, cree en la lluvia, cree en la savia.”
Tomado de Radio Libertad
/mga/
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