Las Tunas.- Transitar por una ciudad donde las aceras están llenas de escalones, postes y desniveles se convierte se todo un desafío para las personas ciegas y de baja visión. Tiempo21 conversó sobre el tema con la presidenta de la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI) en la provincia de Las Tunas, Danaisa Rojas para conocer qué inquietudes tiene sobre el asunto.
«Lamentablemente las barreras arquitectónicas son un problema al que no le vemos solución ni siquiera a mediano plazo, porque las coordinaciones para eliminarlas o construir nuevas edificaciones teniendo en cuenta que sean accesibles para personas con limitaciones, está estancada en la actualidad».
¿A qué cree que se debe esa morosidad para aplicar las regulaciones existentes?
«Es que no son solo barreras físicas, sino también mentales, barreras sociales que hoy a pesar de la educación, de la cultura y de la preparación que tiene la población, todavía existen. Y eso tiene que ver mucho con las conductas sociales y con la falta de conocimiento sobre la discapacidad visual».
¿Qué otras limitaciones tienen los ciegos para insertarse socialmente?
«Una de las más importantes es la que impone el bloqueo de Estados Unidos a Cuba, porque tenemos una educación de excelencia e inclusiva. Todas las personas tengan o no discapacidad pueden optar por sus estudios y llegar hasta la universidad. Sin embargo, no tenemos acceso a los medios de apoyo que nos hacen falta para lograr ser buenos profesionales y luego ejercer como tal. Estoy hablando de sistemas parlantes, de laptop, computadoras, de mucha tecnología en la que hoy está montado el mundo y a la que no tenemos acceso todavía».
¿Qué apoyo ofrece la ANCI para la reinserción de los ciegos?
«Nosotros le damos seguimiento a los estudiantes en grados terminales, noveno y duodécimo grados. De ese modo a través de la coordinación de la educación especial, consulta de baja visión y ANCI, guiamos a la persona con discapacidad visual hacia una carrera o profesión donde pueda ejercer una vez graduado. Pero no siempre es así, porque muchas veces la familia no quiere asociar al niño, por diversos prejuicios, y no se dan cuenta del daño que le hacen. Por eso es el llamado a la familia a cooperar porque es muy importante para la vida futura del ciego o débil visual.
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