Por estos días, el mundo ha puesto sus ojos, muchos de ellos malsanos, en Cuba, en su gente, en sus rutinas y en la elección de un nuevo presidente del país, algo que se sabía desde hace muchos años pues el General de Ejército Raúl Castro Ruz dijo varias veces que en el 2018 cesaría en sus funciones de presidente.
Esperan, las aves de rapiña, que este archipiélago de luces y dignidad sea presa fácil para ellas, y que la podredumbre de sus intenciones corrompa la voluntad de los cubanos de ser fieles a la dirección histórica de la Revolución.
Los de acá, los que hacen Patria cada día en diferentes puestos de trabajo o estudio, son la continuidad de un largo proceso histórico que no se detendrá ahora ni para complacer a los acosadores de siempre ni para adornar con veneno las estrategias socioeconómicas diseñadas entre todos.
La Revolución es y será siempre socialista, tal como recoge la Constitución de la República por votación del pueblo, el cual no quiere dar marcha atrás al capitalismo cruel que prioriza el dinero y la belleza y que denigra a las personas por el sexo, la edad, el color de la piel, las creencias religiosas y su procedencia social.
Cuba vive por estos días un nuevo Girón. Hace 57 años miles de sus hijos dieron el paso al frente para defender las costas agredidas por botas mercenarias que luego fueron cambiadas por compotas para los niños.
Y precisamente para los niños que hoy juegan y estudian, sin miedos a armas y con garantía de maestros y doctores, se hace esta Revolución, la que reconoce errores, transforma objetivos, diseña estrategias a largo plazo… pero que siempre tiene en cuenta el criterio de sus ciudadanos.
Muchos rostros en el mundo apoyan esta causa noble porque la dignidad de Cuba siempre les acompaña; y agradecen lo que este pequeño país hace por ellos, en educación, salud, deportes, construcción y otras esferas.
Otros dan histéricas pataletas por el fin de la Revolución, se ven dueños de las tierras de Cuba y sueñan con un futuro de casinos, burdeles, drogas y marginalidad. Pero, hoy y mañana Cuba va.
Así lo prometieron los cubanos delante del Concepto de Revolución expresado por el
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y a eso los llamó muchas veces Raúl. Descansen, uno en la inmortalidad y el otro en la vida física, porque hicieron muy bien su obra. Los cubanos no les fallarán.
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