¿Somos los cubanos ruidosos por tradición? ¿Cubanía es igual a ruido? ¿La música alta es sinónimo de alegría? Hace un tiempo este es uno de los temas «picantes» en nuestras calles.
Ya el asunto se aborda desde la comunicación ambiental, debido a la efervescencia y los nuevos modos de vida de los cubanos.
De hecho, varios especialistas consideran que el ruido es el cuarto agente contaminante después del agua, el aire y los residuos sólidos.
La música alta, el ruido, o «la bulla», como diríamos los cubanos, es ya un viejo problema que afecta hoy a la mayoría de las personas.
En la calle, los carros y bicitaxis; en el barrio, los vecinos que no les importa molestar; en los centros de trabajo, algunos quieren compartir su música… En cualquier parte, todos somos víctimas del ruido.
No son pocos los que justifican esa algarabía con el cliché de que los cubanos somos alegres, y por tanto hay que subir el volumen al máximo. ¿Es necesario? Algunos lo hacen hasta para ostentar su nuevo equipo de música.
Para este tipo de personas, los términos cubanía y escándalo son sinónimos. Al contrario de muchos otros que nada tienen que ver con el bullicio, ni celebran la felicidad a todo volumen.
Actualmente son pocos los barrios cubanos que no tienen a los llamados «vecinos contentos», que irrespetan los derechos de los otros invadiendo su tranquilidad. Y no siempre ceden cuando estos llaman su atención. Al contrario, en ocasiones elevan más el volumen.
Posiblemente no conozcan el daño que causa a la salud humana la exposición continua a altos volúmenes de sonido. De hecho, muchos especialistas alertan en sus consultas sobre la prevención de algunas enfermedades, tal es el caso de Jorge Luis Hernández, especialista en Primer grado en otorrinolaringología, de la provincia de Las Tunas.
«Escuchar música alta puede causar el padecimiento de la enfermedad de hipoacusia inducida por ruido. Los factores de riesgos son la exposición al ruido a más de 85 decibeles, la edad, antecedentes de enfermedades auditivas, entre otros.
«El ruido también puede afectar la visión, pues a los pacientes les produce dilatación de las pupilas, y aumentan los movimientos de los párpados. Produce también dolores musculares y puede provocar gastritis al aumentar la secreción gástrica, colitis. Y también presentan trastornos psicológicos» -asegura el especialista.
Sin embargo, son padecimientos, que como dice el especialista, se pueden evitar, si las personas no se exponen largas horas al ruido, fundamentalmente a los volúmenes elevados en los audífonos.
Y no son solo los jóvenes, como dicen algunos, unos cuantos mayores asumen que el resto también quiere escuchar su música.
Es muy diferente que conociendo los efectos que ocasiona el ruido a la salud, se disponga a visitar lugares recreativos donde la música es bien alta. Pero no se debe violar ni irrespetar el espacio acústico ajeno.
La diversión y la alegría no deben ser los justificantes para molestar a otros. Escuchar la música alta no es sinónimo de satisfacción aunque para muchos sí lo sea.
Empiece por bajar el volumen de sus dispositivos. Intente disfrutar su música al nivel debido, y no imponga al resto sus gustos musicales. Así cuidará de su salud, de su vida y de la de los otros.
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