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Conrado, vives en el brillo intenso de una estrella

No hay consuelo para el alma cuando se marcha un amigo. Muchas veces te canté esa canción… «cuando un amigo se va, deja un espacio vacío, que no lo puede llenar, la llegada de otro amigo…».

Conrado Francisco Vives Anias ha dejado este mundo para alojarse en una estrella de brillo intenso. El Portal de la Radio Cubana está de luto, siente la pérdida de uno de sus más avezados editores, un querido periodista, un compañero en el más amplio sentido de la palabra.

Ay, Conra, qué año más duro por la pandemia y por las ausencias, que no podrán sustituirse jamás.

Tiemblan mis manos cuando escribo estas palabras que se me antojan conversadas. Compañero, amigo, preocupado por conocerlo todo del periodismo digital, y aquí en tu Portal aprendiste mucho de cómo crear contenidos multimediales, cómo hacerlo más cercano al internauta. Aprendiste del lenguaje hipertextual, a editar fotos y a hacer coberturas inmediatas. La sala Che Guevara del ICRT fue muchas veces testigo de tu creatividad como periodista.

Jamás olvidaste a la familia, a tus amigos de la Universidad de Oriente y de Amancio Rodríguez, municipio de Las Tunas. Me sentía feliz cuando estaba a tu lado y me hacías millones de historias – dulces- para que yo me olvidara de mis dolencias físicas.

Tu madre, padre, hermano, sobrinos y tías eran todo tu mundo personal, pero aun te restaba corazón para tus compañeros, con los que fuiste muy especial, rompiendo barreras de todo tipo supiste ubicarte en ese espacio, difícil, que es la Dirección de la Radio Cubana, a fuerza de voluntad y tesonero trabajo. Tu condición hipoacúsica no impidió que escucharas a los demás e hicieras por los demás, muchas veces sin reparar en tí mismo.

En mi familia, tuviste una familia, con ella aprendiste a reír (amplio y sin miedos) y ese trofeo nos lo llevamos de por vida. En esta Habana – donde estabas alquilado- siempre tuviste un espacio para el amor filial que sustituía aquel que te faltaba porque estabas lejos de los tuyos. Me consta el inmenso amor por tus dos sobrinos, y por tu hermano Eddy (a quien le contabas todo y quien te acompañó hasta el final en la lucha por la vida), por los amigos que dejaste en Radio Maboas, Radio Victoria o en Radio Cadena Agramonte.

Ay Conra, que año 2020 más duro. Voy a recordarte, sí, con aquella cara de cansado llegando a la visita del hospital donde esperaba para ser operada, en el Calixto García, y no dejaste de ir un día, y hasta me llevaste un Meme, y allí diseñábamos las estrategias editoriales del Portal de la Radio, cuando en aquel año difícil para Cuba despedíamos físicamente al Comandante en Jefe. Del tiro, aprendiste a insertar contenidos en las redes sociales y en especial en mi perfil de Twitter, para «no dejar caer la bandera».

Voy a recordarte durante la estancia en casa, haciéndome un jugo exquisito e innovador con un limón, un pepino y una guayaba, y me confesabas que tenía mucha «pectina, muy buena para la diabetes».

Voy a recordarte escuchando (altísimo) las canciones de la década de los años 60. Tu espíritu farandulero que no perdía ocasión para hacerse foto con los artistas más consagrados de la Televisión y la Radio.

Voy a recordarte deteniendo mis impulsos de trabajo y asumiendo muchos de mis roles. Voy a recordarte, y voy a extrañarte, porque fuiste compañero, amigo, hermano, todo corazón. Siempre con la mano extendida para dar todo por los demás.

¡Que año 2020 más duro!. El 2021 viene cargado de retos, pero el más difícil no será enfrentar la avalancha de trabajo para explicar lo que hemos denominado la #TareaOrdenamiento, tampoco realizar un rediseño del Portal más apegado a las necesidades institucionales de la Radio, no será darle la bienvenida a los nuevos que se insertan al trabajo de nuestra Redacción Digital.

El reto será llegar a la oficina y ver tu puesto vacío, regañarte para que no escribas con tanta fuerza sobre el teclado, y encontrar la compañía perfecta para «coger un aire en el Malecón», o sentarme en un parque cercano al ICRT y consumir lo que tú y yo le llamamos «la merienda del diabético».

No tengo consuelo, me siento muy triste. «Cuando un amigo se va, deja un espacio vacío, que no lo puede llenar, la llegada de otro amigo…»

Cabalga en tu estrella refulgente, Conrado Vives, pues estoy muy segura que jamás te diré adiós. (Tomado de la Radio Cubana)

/mga/

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