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La ciencia refuta tesis de ataques a diplomáticos de EE.UU. en Cuba

La Habana.- Aunque Washington insiste en utilizar el término ataques para referirse a los alegados incidentes de salud reportados por diplomáticos estadounidenses en La Habana, la ciencia no respalda tales acusaciones.

Según investigaciones realizadas, no se han identificado posibles autores, ni personas con motivación, intención o medios para ejecutar este tipo de acciones, informó a periodistas nacionales y extranjeros el teniente coronel Roberto Hernández, al presentar en esta capital las conclusiones de las pesquisas.

Los resultados técnico-periciales de grabaciones analizadas demostraron que no es posible que esas muestras de audio afecten la salud, puntualizó Hernández, quien además especificó que se creó un equipo interdisciplinario para estudiar los alegados incidentes de salud.

Dichos especialistas desarrollaron estudios de controles (vecinos y trabajadores de hoteles) en los cuales no se encontraron nuevos problemas de salud.

En el proceso fue posible el intercambio científico entre expertos de Estados Unidos y Europa, en los campos de la neurología, la neurofisiología y psiquiatría, la física de sonido, la sicología, la tecnología de microondas y la bioingienería, detalló el oficial.

De acuerdo con Hernández, en la Isla no pueden adquirirse equipos emisores de sonido, ni está permitida su importación, como los descritos por Estados Unidos para tratar de explicar lo ocurrido.

Por su parte, el director general para Estados Unidos de la cancillería, Carlos Fernández de Cossío, reiteró que Cuba garantiza la seguridad de todas las personas, incluyendo los miembros del cuerpo diplomático acreditado.

Cuba no duda que pueda existir personal enfermo. Lo cierto es que, a partir de las investigaciones realizadas y de la evidencia existente, nada indica que la enfermedad que puedan padecer o los síntomas reportados sean resultado de la estancia en la Isla, explicó el funcionario.

Desde el 17 de febrero de 2017, cuando la embajada de Estados Unidos en Cuba informó al Ministerio de Relaciones Exteriores que habían ocurrido presuntos ataques que provocaron afecciones auditivas y de otra índole a funcionarios en esa sede diplomática en La Habana, el Gobierno de la isla le brindó una atención prioritaria y urgente al asunto, y dispuso las medidas necesarias para esclarecer los hechos, precisó.

De acuerdo con Fernández de Cossío, no hay evidencia, teoría, ni resultado investigativo apegado a la ciencia que justifique el uso del término ataque que Washington continúa utilizando públicamente, aunque en encuentros oficiales reconoce que no existen evidencias.

Igualmente, argumentó que las investigaciones cubanas y los resultados de los intercambios de criterios con autoridades de Estados Unidos no permiten sustentar las hipótesis de que se haya producido ataque alguno.

En ese sentido, puntualizó que la investigación del Buró Federal de Investigación (FBI) descarta la hipótesis de un ataque acústico, sónico, ultrasónico o infrasónico.

Al hablar sobre la cooperación, expresó que la recibida por parte de Washington en la investigación ha estado por debajo de la que se hubiera esperado ante un asunto de tal envergadura.

Por su parte, Mitchell Valdés, director del Centro de Neurociencias de Cuba, resumió el trabajo realizado por el comité de expertos cubanos y la Academia de Ciencias de la Isla sobre los supuestos incidentes de salud reportados por diplomáticos de Estados Unidos.

Valdés explicó que de acuerdo con la comisión médica cubana conformada para este caso, ninguno de los síntomas fueron causados por los alegados ataques.

Asimismo, citó algunos cuestionamientos de la comunidad científica internacional sobre las presuntas teorías de ataques acústicos y daños cerebrales inexplicables.

El gobierno estadounidense insiste en utilizar el término ataques para los supuestos problemas de salud experimentados por sus diplomáticos, postura que Cuba enmarca en el interés de la actual administración en la Casa Blanca de revertir los pasos para el acercamiento bilateral dados durante la gestión de Barack Obama, en particular los alcanzados en 2015 y 2016.

Desde su llegada a la presidencia en 2017, Donald Trump ha recrudecido la política de bloqueo económico, comercial y financiero contra la Isla caribeña y no oculta su intención de destruir el socialismo en América Latina.

Además, Estados Unidos apela a la amenaza de incluir a Cuba en su unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo, un paso que afectaría aún más las relaciones bilaterales.

A criterio de la investigadora Olga Rosa González, el posible regreso a esa lista -que confecciona por su voluntad el Departamento de Estado- estaría a tono con el discurso agresivo del presidente Donald Trump hacia la mayor de las Antillas y su Revolución.

No me va a sorprender si Cuba es colocada otra vez, porque han ido creando las condiciones para eso, precisó en exclusiva con Prensa Latina la subdirectora del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana. (PL /Cosset Lazo Pérez)

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