Las Tunas.- Cada año, en octubre, Camilo y Che renacen en el pueblo y multiplican entre personas de todas las generaciones el sombrero alón y la boina guerrillera que respetamos, por el importante papel que tuvieron- o tienen- en la gesta independentista cubana.
Por su huella imborrable en nuestra historia, Camilo Cienfuegos Gorriarán y Ernesto Guevara de la Serna merecen el tributo de todos, un sentimiento que nos llega desde edades tempranas cuando los niños que fuimos querían ser como el Che o llevaban flores al mar o a los ríos en homenaje al Héroe de Yaguajay.
Nacieron en Cuba y en Argentina; pero, se inscribieron en el altar sagrado de la Patria porque, parafraseando a José Martí, juntos subieron las montañas de la Sierra Maestra y se hermanaron entre bromas y risas, responsabilidad y ejemplo y el deseo de ver a la Patria soberana e independiente.
Aunque mucho se quisieron, octubre terminó de unirlos. Camilo perdió la vida en un fatídico accidente de aviación el día 28, del año 1959, cuando la Revolución de Fidel Castro estremecía a cada cubano. El Guerrillero Heroico cayó en combate en Bolivia el día 8, de 1967, y fue vilmente asesinado la jornada siguiente.
La historia los unió para siempre, no solo por sus ideales, sino por la coincidencia de sus muertes físicas porque sentimentalmente siguen vivos en cada pionero y en las tantas actividades que se desarrollan, como parte de la jornada ideológica Camilo-Che.
Han pasado los años y su huella sigue siendo imborrable pues se convirtieron en símbolos, en estandartes de resistencia y esperanza, en llamados a la reflexión y la acción, porque el compromiso social y la lucha por la justicia hoy son responsabilidades compartidas por la mayoría.
Por estos días, las escuelas de Las Tunas acogerán muchísimas actividades por el aniversario 65 de la desaparición física de Camilo Cienfuegos y los 57 años del asesinato del Che Guevara. A la imposición de la pañoleta a los niños de primer grado se suman acampadas, concursos y veladas culturales.
En este octubre Cuba vibra, comprometida y orgullosa, agradecida por el legado que nos dejaron Camilo y Che y por sus sonrisas de hombres limpios, enamorados de la justicia y el porvenir, consecuentes con sus actos y decididos a entregar hasta sus vidas en pos de la justicia social.
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