Las Tunas.- El Doctor en Ciencias Médicas Maikel Santos Medina, Profesor Titular y especialista de Segundo Grado en Cardiología, trasciende por encima de la bata blanca y no se detiene en la superación profesional para salvar vidas en Las Tunas, más allá de la solidaridad para con todos y la consagración a su especialidad.
«En mi familia no hay nadie que en mi etapa de formación estuviera vinculado a la rama de la Medicina. Mientras estuve en el Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas fui concursante de Física los tres años y al inicio siempre la idea era coger una carrera técnica nunca Medicina», recuerda este galeno, jefe del Servicio de Cardiología, del Hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara de la Serna.
«En aquel momento indagando en la formación vocacional tuve la oportunidad de conversar con personas que habían hecho una carrera universitaria y después en su vida profesional no tenía nada que ver el empeño que habían dedicado en sus años de universidad con el trabajo que realizaban y realmente eso me desmotivó y entonces me centré en la Medicina».
No se imagina de otra forma, portafolio en mano y un estetoscopio lo identifican mientras recorre los pasillos de la mayor institución hasta la consulta externa del servicio «realmente fue una decisión acertada y si tuviera que volver a tomarla la haría sin dudarlo.
«Por esa época los médicos de excepcional rendimiento al concluir la carrera cumplían con programa estratificado de un año en Guantánamo y al otro cumplías misión internacionalista, que se distribuía en Haití, Guatemala y Honduras, y todos debíamos hacer la especialidad de Médico General Integral.
«En ese proceso me incliné por la parte clínica pero tenía varias opciones y en algún momento estuve casi decidido a hacer Nefrología, porque estando de misión mi mamá necesitó de cuidados de manera aguda y me vi un poco tentado hacia esa rama. A mi regreso acudí al servicio buscando como era el proceso y no era lo que quería.
La otra opción que estuvo latente siempre fue Cardiología, «en la medida que conocía lo que hace un cardiólogo, me atraía más la especialidad y esa resultó la decisión esencial en mi vida.
«Como profesional tienes la posibilidad de atender a un paciente que llega en muy malas condiciones, a veces después de haber tenido una parada cardíaca, que está en la muerte y usted lo revive, y logras una evolución favorable a lo largo del tiempo, eso es algo muy llamativo y humano», detalló.
Su residencia la desarrolló en esa institución a partir del año 2007, con rotaciones en los cardiocentros del país y en el 2010 recibía su certificación como especialista de Primer Grado en Cardiología, en esa época fue junto a otro compañero los primeros especialistas formados en la provincia.
Pocos meses pasaron y asumió la responsabilidad como jefe de servicio, alrededor de tres años, un período que estuvo marcado por un trabajo intenso relacionado con el desarrollo de un grupo de actividades de prevención cardiovascular, se realizaron eventos a nivel nacional como la conmemoración nacional en el 2012 del Día del Corazón, en Las Tunas.
Comenta que en ese período el Servicio adquirió un renombre sobre todo en las actividades científicas particularmente con la realización de los eventos CardioTunas en la región oriental, lo cual impulsó la formación científica y académica de los residentes y especialistas, con el aporte de personalidades del país mediante cursos, talleres y conferencias.
Ya entre el 2013 y 2015 llegó en misión médica hasta la República Democrática Popular Lao, allí estuvo como jefe de la brigada médica cubana además de simultanear el trabajo asistencial desde el punto de vista de la Cardiología.
«A mi regreso en el 2016 me reincorporé y estuve un tiempo desempeñandome como jefe de urgencias del hospital y luego de un período de alrededor de dos años asumí la responsabilidad del Servicio de Cardiología.
«Todo este tiempo he tratado de llevar el trabajo asistencial y el investigativo lo cual me ha posibilitado incrementar la categorización académica y científica, logrando en el 2022 el Doctorado en Ciencias Médicas con una tesis de formación que permitió la creación y validación de una escala predictiva de muerte hospitalaria en los pacientes con infarto agudo de miocardio, reconocida en el 2023 con el Premio Anual de Salud.
«Esa investigación empezó como proyecto en el 2017 con la creación de un registro multicéntrico de infarto, en el cual un grupo de ocho centros del país tributaron datos y variables relacionadas con los pacientes ingresados, y del cual forman parte actualmente cinco centros asistenciales del país y con datos de más de tres mil 500 pacientes incorporados al registro.
«Además posibilitó un grupo de investigaciones epidemiológicas en las provincias de Las Tunas, Sancti Spíritus y Villa Clara, y dos galenos realizaron su doctorado utilizando información», comenta este sencillo especialista a quien la ciencia lo seduce cada día en busca de una mejor intervención asistencial.
«La prevalencia de las afecciones cardiovasculares están en incremento y representan la primera causa de muerte en Cuba, atendemos los pacientes en las consultas a nivel hospitalario y ambulatorio, y hay que buscar el tiempo, muchas veces de las horas de descanso para dedicarlo a la labor investigativa y la superación».
Desde el 2021 alcanzó la categoría de Especialista de Segundo Grado en Cardiología y en el 2023 la de Profesor Titular, se mantiene como Jefe de un Servicio que tiene una importancia a nivel del funcionamiento de la atención a los pacientes graves en cualquier institución de salud.
«Todas las especialidades son importantes pero el cardiólogo tiene una formación integral, atiende a pacientes graves con peligro inminente para su vida, hace consultas, rehabilitación, ultrasonidos y pone marcapasos entre otros procesos, tiene en su campo un grupo de habilidades que hace que sea una especialidad integral.
«La cardiología intervencionista, que en los últimos años ha tenido un auge, ha disminuido en muchos casos la necesidad de cirugías cardiovasculares, todo eso lo hace un cardiólogo quien después se verticaliza en subespecialidades».
Confiesa que lo más difícil es la impotencia de saber que si el sector no sufriera el impacto de las condiciones actuales del país pudieran experimentar mucho la mejoría de los pacientes, una situación que marca a este especialista tunero quien resalta el potencial humano de los galenos tuneros, con amplios conocimientos para mejorar la calidad de vida del paciente.
«En las condiciones actuales se hace difícil y más porque la Cardiología ha avanzado tanto a nivel internacional en la mejora de la esperanza de vida en los países que tienen la posibilidad de contar con determinadas intervenciones y procederes».
El Doctor Maikel se siente una persona afortunada «mi familia lo ha sido todo para mí, desde pequeño conté con el apoyo total de mis padres, mis hermanos y de mi abuela mientras estuvo viva. Lo que he podido alcanzar hasta hoy se los debo, creo que he sido privilegiado desde mis años de estudiante y después como médico y especialista.
«Mi esposa es médico igual y sabe cómo se lleva al interior todo el sacrificio para simultanear las responsabilidades, sostener el trabajo investigativo, académico, la formación de residentes y el trabajo asistencial diariamente porque nunca he dejado mis guardias, ni mis pacientes, el médico se debe a la atención esmerada de sus pacientes.
«Realmente el apoyo de la familia es incondicional, yo dedico mucho tiempo al trabajo porque sé que las cosas de la casa están a resguardo y en eso mi esposa tiene un papel fundamental».
La labor de este tunero forma parte de los logros que exhibe la provincia de Las Tunas con el Premio Nacional de Salud 2023, «no me esperaba ese reconocimiento, como investigador no pensamos en lauros. Eso significa el prestigio de la formación doctoral que hice en la provincia de Santiago de Cuba.
«Fueron años difíciles porque nunca dejé la parte asistencial ni la responsabilidad al frente del servicio. Horas extras, sacrificios de quienes te acompañan para que sigas la superación constante.
«A veces llegabas y las personas que te examinaban no eran los mismos que te examinaban en otro encuentro. Todo depende del esfuerzo y el estudio para demostrar ante prestigiosos profesores del comité académico la trascendencia de la investigación.
«Siempre comento que el doctorado no se hace en tres o cuatro años, se piensa desde mucho antes, se dan los primeros pasos y vas abriendo el camino para tener una investigación profunda y eso pasó en mi caso con un registro sanitario de la vida práctica asistencial que posibilita tomar las decisiones con bases científicas».
Santos Medina sigue siendo ese galeno de sacrificios, de empeños y de nobleza hasta el alma, acompañado de su estetoscopio y un portafolio de mano exigiendo que todo se haga como se debe en la formación de los futuros especialistas y el quehacer asistencial.
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Merecido Reconocimiento al Dr. Maikel, es un privilegio de los Tuneros, de sus compañeros de trabajo y residentes contar con un Especialista de su altura, un científico humilde y consagrado por completo a sus pacientes y los resultados de la Cardiología en nuestra provincia y su país, pude vivir momentos en su servicio donde le salvaron la vida a muchos pacientes, es una organización, preocupación y ocupación por todos. Merecido Reconocimiento a su historia de vida. Éxitos