Escrito por Dayana García Roldán
Desde su fundación, aquel 28 de septiembre de 1960, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) han tenido su objeto en velar por la conservación de las conquistas del país y defender a la sociedad ante cualquier amenaza.
Hoy, 64 años después, con dificultades sujetas a otra índole y prioridades que cambian con el cursar de los días, ¿qué centra la atención de los CDR?
En conversación con el coordinador de los CDR en Las Tunas, Eddy Sander Sánchez Concepción, sobresale el mantenido apoyo a todos los procesos que tienen lugar en la Isla. En tal sentido se puede mencionar la Rendición de Cuentas de los delegados a sus electores, en la que el escenario es el propio barrio y los protagonistas, sus habitantes.
Sánchez Concepción se refirió a aquellas tareas que acompañan a la organización desde su surgimiento, como la recogida de materia prima y las donaciones de sangre. Dichas actividades, si bien son tan antiguas como los CDR, mantienen su vigencia no solo por constituir parte de su esencia, sino debido a la importancia que supone.
La vigilancia popular resulta uno de los pilares en la cotidianidad, más aun cuando las indisciplinas sociales y los delitos parecen tomar fuerza por momentos. Aquí “la estructura desempeña un papel crucial, en la protección de nuestras bodegas, donde se depositan recursos. Y debe aumentarse, además, el control popular”, afirmó.
A partir del programa Cultiva tu pedacito se promueve la producción de alimentos, el cual aboga por la soberanía alimentaria. “En la provincia se han sumado más de 65 mil viviendas a este proyecto que, ya sea plantas medicinales, frutales o especias va directo al plato del cubano”.
Sin embargo, el coordinador hizo hincapié en ciertos asuntos que se incorporan al accionar cederista, teniendo en cuenta las circunstancias. Como por ejemplo, “el trabajo con los niños, adolescentes y jóvenes con el objetivo de restaurar y fortalecer los valores dentro de la familia. Asimismo, para lograr la empatía de los más nuevos hacia la organización y, sobre todo, garantizar su continuidad.
“La atención a comunidades vulnerables es otra de las aristas que se promueven. En estas comunidades, en conjunto con un grupo de trabajo comunitario, se incentiva la realización de actividades en las que se involucren todos los miembros del barrio. Igualmente, se trata de formar parte activa de las transformaciones que se lleven a cabo en estos lugares”.
Contribuir con la integración social de personas sancionadas o que hayan cumplido condena es también asunto de los CDR. Potenciar la aceptación de estos individuos y hacerlos partícipes de las iniciativas. “Porque cederistas somos todos: el militante y el que no lo es, el vinculado y el desvinculado”, sentenció Sánchez Concepción.
Como parte de la comunidad, los hogares de niños sin amparo familiar reciben la atención de las estructuras cederistas. Con gestos que van desde la gestión de donaciones para estos centros, hasta involucrar a los pequeños en el quehacer diario del CDR.
Otro año se cumple para los Comités de Defensa de la Revolución. La clave para superar los retos se halla en el trabajo conjunto y la motivación. Celebrar lo amerita; mayor compromiso y dedicación, también.
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