Las Tunas.- La carencia de medios químicos adecuados, la ineficiencia en algunos programas de manejo y la negligencia de varios tenentes de tierra propician la elevada infestación de marabú que se reporta en varias zonas de la provincia de Las Tunas.
Según datos recientes de la delegación del Ministerio de la Agricultura, en el territorio se reportan más de 55 mil hectáreas con presencia de esa planta invasora, con mayores afectaciones en los municipios de Colombia, Amancio y Jobabo.
Esa situación perjudica notablemente a la agricultura porque son superficies que pudieran destinarse a la siembra de granos, viandas, frutas, hortalizas, tabaco o caña de azúcar, una demanda de estos tiempos para garantizar los alimentos que requiere la población y consolidar algunos procesos industriales.
La actividad ganadera también resulta afectada, pues disminuyen las áreas para el pastoreo y el fomento de plantas proteicas y forrajeras que completen la dieta de los animales. A la vez, el marabú constituye un aliado para la ocurrencia de hechos delictivos, especialmente hurto y sacrificio de ganado mayor.
En el territorio tunero existen planes de control, manejo y explotación, diseñados por la Unidad Científica Técnica de Base Pastos y Forrajes y otros organismos, para disminuir gradualmente la invasión de esa leguminosa mediante la chapea manual o mecanizada y el enfrentamiento a los brotes.
En ese empeño realiza un valioso aporte el proyecto Ires, que pretende incrementar la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales a través de la rehabilitación de paisajes productivos y mejorar la seguridad alimentaria y nutricional en los municipios del sur.
Todavía falta mucho por hacer para desterrar el marabú del suelo tunero; pero se pudieran aprovechar mejor los créditos bancarios que se otorgan con ese propósito y lo primordial, sembrar cada pedazo que se limpie para obtener alimentos y evitar la reinfestación.
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