Las Tunas.- Rosa Pilar Alonso Fernández tiene 69 años y es de esas mujeres a las que la vida no le alcanza para hacer lo que ama; así lo demuestra en la escuela de iniciación deportiva escolar (EIDE) Carlos Leyva González, centro en el que se desempeña como secretaria docente general, es fundadora y lo siente como su segunda casa.
«Llegué a trabajar aquí porque a mi esposo lo ubicaron como director del centro que se iba a inaugurar en la provincia. Pensaron en buscar una persona en la parte de la pedagogía y él me lo comenta; entonces supe sería un reto, tenía dos hijas que estudiaban en centros distantes de este sitio, pero aun así decidí venir.
«Entre los dos escogimos el claustro, preparamos las condiciones de logística; para mí fue un poco fuerte el principio, venía de una escuela de unos pocos estudiantes y ahora eran cientos, con profesores sin dominio del deporte, pero que se abrieron a los reajustes de horarios».
¿Cómo mezcla el magisterio con el deporte?
«Para formar un deportista debes tener pedagogía, eso es lo primero; debes lograr encaminar un niño no solo en la docencia, sino en su actuar diario, para su vida futura.
«Esa preparación inicial me ayudó mucho, porque por mí pasan todos los muchachos. En estos 33 años en la EIDE he visto formarse desde pequeños a grandes atletas y no puedo dejar de emocionarme.
«Uno de esos niños es Yander Herrera, que entró aquí con 11 años, Larduet que al verme todavía se sorprende de que siga en el mismo lugar, y es que yo soy fanática a ellos, mis muchachos».
Aun con afecciones de salud, la profe Pilar sube la loma que lleva a este escenario de saberes compartidos, protagonista de la formación de grandes glorias del deporte tunero, como aquel primer día. La emoción y el orgullo la llenan, asegura que de ahí no se mueve porque entre esas paredes está su vida.
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