Las Tunas.-El fuego abrasador de los hornos, el ruido incesante de máquinas, el crujir de las grúas extrayendo la materia prima de las góndolas y el sudor de hombres y mujeres enamorados de su faena, se volvió a sentir en la acería de Las Tunas después de ocho meses de inoperatividad.
Con el objetivo de retomar la necesaria producción de acero para la exportación y las barras corrugadas para el Programa de la Vivienda y otras prioridades del país, Acinox Las Tunas sube la temperatura al sofocante verano en el Balcón del Oriente Cubano.
En lo que va de 2024 muy poco ha podido laminar esta industria, una de las dos del país encargada de producir el 30 por ciento del acero nacional. Sin embargo, gracias al esfuerzo de sus trabajadores y administrativos solo en uno de los siete meses transcurridos cayeron en pérdidas económicas.
Tras la implementación de las 43 medidas para perfeccionar a la empresa estatal socialista y mediante lo que se conoce como economía circular han podido sobrevivir financieramente e, incluso, en los dos primeros trimestres del año retribuir utilidades a sus trabajadores.
En este periodo lograron el viejo anhelo de abrir una tienda minorista donde venden más de 70 productos hechos de los excedentes de producción, herramientas de todo tipo, polvo escoria para las construcciones y otros elementos a base de cal de alta demanda por los organismos y la población.
Desde hace cerca de un mes, la industria del reciclaje reinició la entrega de la chatarra de acero que se acopia desde Guantánamo hasta Villa Clara y en gigantescos maratones, tanto por la vía del ferrocarril como por carretera, han aportado la suficiente materia prima para estabilizar la producción.
Aún sin superar la crisis energética que vive el país, es vital para la economía nacional reiniciar la producción de acero. Ese producto, de alta demanda en el mercado internacional, aportaría la necesaria divisa para satisfacer necesidades, pues una considerable parte de esas ganancias se destinan a ello y la otra queda en la industria con el fin de reaprovisionarse y continuar su proceso productivo.
Gracias a lo que hoy llaman esquemas cerrados de financiamiento han podido continuar sus producciones, y sortear los obstáculos que impone el injusto bloqueo del gobierno de los Estados Unidos.
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