Las Tunas.-Llegar al área aledaña a la Universidad de Las Tunas es respirar la pasión por la práctica del béisbol que allí se vive por un nutrido grupo de niños de diferentes edades.
“Iniciamos con una matrícula de 60 alumnos de las escuelas primarias Toni Alomá y Mercedes Varona y de los seminternados Julián Santana y Rafael Martínez, pero realmente trabajar con esa cantidad de niños es complicado, por lo que dividimos en dos equipos, uno A que es el que viene todos los días y otra selección que entrenamos martes y jueves”, explica el profesor principal del área Lázaro Musuró.
El entrenador significó que aunque un niño esté en el segundo equipo puede ascender al primero y que igualmente el que viene todos los días no puede bajar la guardia porque pueden ser bajados y esto los motiva a esforzarse cada día por ser mejores.
Karla Sierra Gutiérrez tiene nueve años y es la única niña que entrena en esta área y manifestó sentirse muy motivada, pues le gusta el béisbol, un deporte que la divierte y la hace fuerte.
Por su parte, Sian Carlos Ramírez Téllez lleva tres meses de entrenamientos y aspira a integrar la preselección municipal como jardinero y llegar a ser un gran pelotero.
Mientras que Alexander Hernández González de 11 años se desempeña como primera base y ya integró el equipo municipal y estuvo en la preselección provincial y, a pesar de no llegar a formar parte del seleccionado, se mantiene entrenando para lograr su sueño de representar a la provincia en un evento nacional.
Kevín Jesús Ávila Ávila, entrena a diario en esta área y fue uno de los lanzadores que integró el equipo de la provincia al campeonato nacional de Pequeñas Ligas y confesó que aspira llegar a ser uno de los Leñadores.
Los padres también aportan
“Este terreno se logró gracias al apoyo de los padres, sin ellos no hubiera sido posible, las bases las hizo una abuelita, la medialuna la marcamos entre todos, entrenadores y padres”, precisó el entrenador principal Lázaro Musuró.
Osmairis Ávila Pérez, padre de Kevín, destacó que el terreno es el resultado del esfuerzo de todos y que los fines de semana hacen trabajo voluntario para mantenerlo en buenas condiciones.
“En dos ocasiones hemos tenido que sentarnos con las autoridades del Gobierno en la provincia, pues han querido usar este terreno para otros fines. Realmente lo que queremos es que se le dé condiciones porque tiene muy buen drenaje; aquí llueve en la mañana y ya en la tarde se puede jugar sin problemas”, precisó Osmairis.
Para mantener el béisbol en la preferencia de los cubanos no basta con el empeño, el sacrificio y el amor, pues practicarlo requiere de valiosos recursos y del apoyo de las instituciones estatales responsables de velar por el buen desarrollo de este deporte, que es pasión de muchos y Patrimonio Cultural de la nación.
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