Las Tunas.- En la provincia de Las Tunas, el programa ganadero previsto hasta el año 2030 contempla un incremento paulatino de las áreas destinadas a la siembra de alimento animal, con lo que se garantizaría su nutrición durante todo el año, especialmente en el período seco.
Esa es una de las acciones para mantener la vitalidad del ganado mayor y menor y propiciar mejores resultados productivos de leche y carne vacuna, y que debe hacerse cumplir en las fincas del sector cooperativo y campesino y en las entidades estatales.
Como es habitual, en los ocho municipios tuneros los tenentes esperan por el inicio de las lluvias para comenzar la siembra de pastos y plantas proteicas y forrajeras; sin embargo, se reportan atrasos por la poca disponibilidad de combustible para la preparación de tierra.
No obstante, los ganaderos locales priorizan el trabajo en los 16 escenarios de intervención para obtener las semillas de diferentes variedades que luego se generalizarán en todo el territorio, y que se sumarán a los pastos naturales que reverdecen con las precipitaciones.
En ese empeño resulta significativa la asesoría de los expertos de la Unidad Científica Técnica de Base Pastos y Forrajes Las Tunas, en cuyo banco de germoplasmas se experimentan 52 especies con buena adaptabilidad a los suelos locales y a la sequía.
En la provincia es posible garantizar la base alimentaria que requiere el ganado, sobre todo durante la temporada seca, y eso es evidente en varias unidades productoras como la Cooperativa de Producción Agropecuaria Calixto Sarduy y la Unidad Empresarial de Base Santa María.
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