Las Tunas.-Con la paciencia de quien cultiva y espera el tiempo necesario para ver el fruto de su acción trabajan los educadores de la Enseñanza Especial en Las Tunas y en Cuba.
Sesenta y dos años avalan el quehacer de este sistema que nació con la Revolución y que tiene en el amor el centro y el signo distintivo. No hay, en esta educación, una jornada que no implique, en su sentido más acendrado, una pedagogía de la ternura, de la siembra atenta y reposada de lo bueno y necesario para la vida.
Así son los días en la escuela especial Luis Augusto Turcios Lima, la cual acoge a niños y adolescentes. Allí, un colectivo de más de un centenar de trabajadores ofrece atención permanente a cada alumno y el sueño de la inclusión insufla energías en el equipo; alienta y sostiene a las familias.
Antes del triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959, en Cuba existían solo ocho planteles dedicados a esta área de la enseñanza, entonces con apenas 20 docentes que atendían a 100 niños. En la actualidad hay más de 300 escuelas de ese tipo y una matrícula de más de 32 mil educandos y 14 mil pedagogos.
Fruto de la Revolución, este sistema de instituciones, servicios y modalidades de atención representa un soporte esencial para las personas con necesidades educativas especiales, sus familias, la comunidad y la sociedad toda.
En el siguiente material le acercamos a esta obra de grandes dosis de amor.
/mga/
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