El Héroe Nacional de Cuba José Martí lo sentenció: «Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre», y luego Fidel Castro lo ratificó el 21 de enero de 1959: «La Revolución Cubana se puede sintetizar como una aspiración de justicia social dentro de la más plena libertad y el más absoluto respeto a los derechos humanos».
Y para consolidar los principios en este sentido la Constitución de la República expresa en su Artículo 41: El Estado cubano reconoce y garantiza a la persona el goce y el ejercicio irrenunciable, imprescriptible, indivisible, universal e interdependiente de los derechos humanos, en correspondencia con los principios de progresividad, igualdad y no discriminación.
Hoy, cuando el planeta enfrenta grandes desafíos en este asunto, y la desigualdad y la pobreza se incrementan sin medida, y las grandes potencias politizan y manipulan el tratamiento a los derechos humanos, en Cuba todos tienen los mismos derechos, las mismas oportunidades. Y los sectores religiosos, sobre los cuales se han tratado de manipular desde el exterior, gozan de la plenitud de sus creencias y sus acciones en ese sentido.
Hace solo unas horas, las máximas autoridades de la provincia de Las Tunas, como cada año para estas fechas, se reunieron con un grupo de líderes religiosos para intercambiar sobre los más diversos temas, conocer sus preocupaciones y actuar en consecuencia, siempre en busca de la unión como cubanos.
Acerca de estos derechos Jorge Martínez, presidente de la Federación espiritista de la provincia de Las Tunas explica el sentir de quienes integran su congregación.
«Yo le puedo decir que desde que triunfó la Revolución nuestro Comandante en Jefe le dio la oportunidad cada cubano de practicar sus creencias y fue apoyado por el Partido en todo momento. También dio la posibilidad a cada institución de que pudiera tener su local donde concentrarse a defender en lo que creían, que es parte de las causas justas que defiende nuestro pueblo y la Revolución.
«Y esto ha sumado a cada persona para que pueda emitir su criterio y conocimientos, además de permitirnos participar en otras instituciones, porque con el tiempo se ha fomentado más, a fin de que todos se puedan desarrollar en lo que creen. La Revolución siempre nos ha apoyado, a pesar de las campañas desde el exterior, pero yo le aseguro que decimos lo que pensamos y actuamos de la forma en que creemos, y gracias a la Revolución».
Como parte de las agresiones de Estados Unidos contra Cuba el Departamento de Estado anunció en 1922 la inclusión de Cuba, junto a otras naciones, en la lista negra de los países que violan la libertad de religión.
Nada más alejado de la verdad porque en la Isla existe una amplia libertad religiosa desde la legalidad del Estado y la existencia de variadas instituciones y organizaciones religiosas
La práctica de la religión en Cuba es un derecho constitucional. El artículo 8 de la Constitución precisa que El estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa, y en la práctica eso es una realidad.
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