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La no adherencia terapéutica: un problema de salud con tendencia a la cronicidad

Una parte de los pacientes toma los medicamentos como se le ha indicado, otra lo hace ocasionalmente o de forma incorrecta, y el resto no los toma. La no adherencia a las medidas terapéuticas provoca un empeoramiento de la enfermedad, y es responsable del aumento de las urgencias médicas, ingresos hospitalarios y fallecimientos, por lo que se ha denotado como un problema de salud pública creciente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adherencia terapéutica (AT) como “el grado en el que la conducta de una persona, en relación con la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación de hábitos de vida, se corresponde con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario”.

Aunque se han empleado indistintamente los términos “cumplimiento” y “adherencia”, el primero se refiere a la conducta pasiva del paciente o activa del personal de salud, y solo otorga importancia al rol de una de las dos partes. La adherencia, en cambio, se refiere a la participación activa del paciente para cumplir las recomendaciones sanitarias, y la responsabilidad del profesional sanitario para crear una adecuada comunicación que facilite la toma de decisiones compartidas.

Un buen soporte emocional del entorno y la unidad familiar favorece una mejor adherencia al tratamiento; no obstante su alto costo, la insuficiente cobertura sanitaria, y la mala situación económica en general, son factores negativos.

Uno de los factores más determinantes es la relación médico-paciente. La comunicación deficiente entre ambas partes acerca de la enfermedad y su tratamiento, la falta de confianza hacia el personal de salud o la insatisfacción con su atención, pueden incidir negativamente. Se debe facilitar información precisa, verbal y escrita, de forma adecuada y comprensible, sobre el padecimiento y su gravedad, el objetivo de la terapia, la dosis exacta, los posibles efectos adversos e interacciones, la frecuencia de administración y la duración.

La aparición de efectos adversos o terapias complejas dificultan la AT. Por eso se prefiere una única dosis diaria y el uso de medicamentos combinados en vez de la administración múltiple. Algunas condiciones como el tamaño, la forma y el sabor de la formulación, su vía de administración, la dificultad para abrir el envase y la larga duración del tratamiento, la administración en ayunas, con alguna comida o bebida específica, o separado de estas y otros fármacos, provocan que el paciente viole las pautas de tratamiento. Estas deben ajustarse a las necesidades del paciente y tener un balance riesgo-beneficio adecuado.

La ausencia de síntomas o la mejoría clínica de la enfermedad, pueden suponer una barrera para un correcto cumplimiento terapéutico pues el paciente considera que está sano o curado y abandona el tratamiento antes de lo señalado. En algunos casos por la baja disponibilidad del medicamento, los pacientes hacen cambios en las dosis para “ahorrar”el fármaco, que trae significativas complicaciones a mediano y largo plazo, incluso letales; lo que demuestra que la automedicación siempre es una práctica peligrosa.

Un perfil optimista, y la capacidad de autocontrol y capacidad para afrontar el diagnóstico han sido identificados como factores positivos. Los pacientes con deterioro cognitivo o problemas de memoria o de atención pueden tener dificultades de origen involuntario.

Una falta de comprensión de la enfermedad y su tratamiento, un malentendido sobre las indicaciones, el desconocimiento de la repercusión de la no adherencia, o ideas erróneas sobre la medicación, constituyen importantes obstáculos a la AT. Por lo que cuando el paciente no sea capaz, se debe seguir el tratamiento por alguien confiable, que asegure el control de la terapia.

Aún cuando son numerosos los factores, el paciente debe entender su papel: tener un sentido de cumplimiento y responsabilidad con respecto a la administración del medicamento, para lo cual puede involucrar a su familia y amigos. El paciente con una enfermedad crónica debe entender que es un proceso continuado, y que sus esfuerzos le aseguran una mejor calidad de vida. El paciente no debe salir de la consulta con dudas, sino capacitado y comprometido con cada una de las instrucciones de su médico, para mejorar su salud.

(Por: Dr. Julio Antonio Esquivel Tamayo)

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1 COMENTARIO

  1. Es muy preocupante la no disponibilidad del medicamento, porque esto no depende de la conducta del paciente y sí la modula. Es decir, la ausencia de los medicamentos o las irregularidades en su disponibilidad, en este caso sólo haciendo alusión a los medicamentos dirigidos al control de las enfermedades crónicas, provoca que los pacientes lo dejen «sólo para cuando es necesario» o sea cuando están en crisis o descontrolada su enfermedad; esto en el mejor de los casos que aún tienen alguna disponibilidad del fármaco que usan. En otros casos reducen las dosis en cantidad o frecuencia de los medicamentos, o cambian constantemente de medicamentos para el que está disponible de turno. Todas las variantes contribuyen en gran medida a reducir como decía el titular la adherencia terapéutica, que de forma secundaria también ocasiona otros efectos no deseados como los estilos de vida y conductas terapéutica desajustadas mencionadas también.

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