Las Tunas.- La ganadería y la agricultura de la provincia de Las Tunas son de las actividades más afectadas por el impacto del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, lo que repercute negativamente en la producción de alimentos para la población.
El grueso de las afectaciones se concentra en la escasez de combustible y lubricantes para la roturación de tierras y otras labores, además de dificultades con las piezas de repuesto para la maquinaria agrícola, medicamentos de uso veterinario e importantes insumos.
Un ejemplo concreto está en el cultivo de la papa, tubérculo muy codiciado entre los cubanos; pero que requiere de un completo y costoso paquete tecnológico porque todo lo que se usa es importado; por ejemplo, los fertilizantes y las semillas.
Además, escasean los materiales para reparar los termos de enfriamiento de leche, las sustancias e implementos para la inseminación artificial, y especialmente faltan los machetes, la ropa, los guantes, el calzado y las limas requeridos en las tareas agropecuarias, sobre todo la eliminación del marabú.
Las medidas impuestas por el gobierno de Washington han provocado limitaciones en la compra de piensos especializados o algunos de sus ingredientes, dirigidos a gallinas ponedoras y cerdos, lo que redundó en una disminución en la producción de huevos y carne porcina.
En los ocho municipios tuneros, los agricultores y ganaderos no están de brazos cruzados y aunque los rendimientos no son altos, se incrementan las áreas productivas, se usan biofertilizantes y productos naturales y se procede a la crianza de gallinas semirrústicas y cerdos de capa oscura, más resistentes a las actuales circunstancias.
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