Las Tunas.-Al paso que vamos el litro de gasolina costará 800 o 900 pesos en el mercado negro. Sí porque ahora mismo se oferta a 400 y 500. Y usted me dirá: sí pero el mercado negro es ilegal, y yo le respondería: es verdad, pero es que ahora mismo casi todo se vende en el mercado negro y casi todos acceden a él.
Y no estoy hablando de la carencia de combustible que es un problema objetivo, que no depende del país. Estoy hablando del desorden que existe en toda actividad donde los caza productos, los revendedores y especuladores le sacan lasca a todo. Y eso sí depende de las autoridades que tienen la responsabilidad de que eso no ocurra. ¿Por qué? Le explico.
En el servicentro 30 de noviembre, conocido en esta ciudad de Las Tunas como El Panchito, hay una forma de acceder al combustible cuya organización es digna de elogio a partir de una cola, que por supuesto es inmensa, pero no se hace por orden de llegada, como debe ser, sino mediante una lista que sus dueños dominan y deciden, y hay que rectificar en determinados horarios.
Pero eso no es lo peor. Lo peor está en que los integrantes del grupo de organizadores, es decir los dueños de la situación, siempre son los mismos, y de ahí sale la mayor parte de la gasolina que se vende a precios desorbitados. La compran a precios bajos y la revenden a precios por las nubes.
Claro que al precio que la vendan siempre habrá alguien que la compre, pero ese alguien por supuesto que tiene dinero, y en ese caso comprar el combustible es una inversión. Para otros que viven de su salario, que no tienen inventos, es imposible acceder a un litro de gasolina.
Tener un auto o una moto en estos tiempos no es signo de negocios, de dinero fácil. Hay quienes tienen esos medios de transporte por años y son médicos, maestros, periodistas, arquitectos, ingenieros, que viven de su salario, y tienen necesidad de moverse en sus autos o sus motos que no es un lujo.
Hace solo unos meses cuando la gasolina se puso escasa aunque ese servicentro era accesible para todos, recuerdo a una integrante del grupo de apoyo del Gobierno que ella sola puso en orden la compra de combustible, estaba al tanto de todo, entregaba turnos diariamente, sabía quién ya había comprado y no solo le advertía a los que trataban de pasarse de listos sino que no los dejaba comprar.
Y por qué ahora, cuando la situación es crítica, ¿no se actúa de igual manera? ¿Por qué hacerse de la vista gorda ante una situación que afecta a cientos de tuneros que no pueden utilizar sus medios de transporte porque no pueden pagar la gasolina a los precios del mercado negro?
Hay que actuar, y por lo menos aliviarle la vida a quienes en medio de tantas dificultades de les agrega una más.
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