Las Tunas.- Los suelos de los ocho municipios tuneros recibieron en las últimas horas el mejor de los regalos, la lluvia; esa bendición de la naturaleza que resulta tan necesaria para el desarrollo de los cultivos varios y la ganadería.
No hubo precipitaciones intensas; pero, llegaron a todos los municipios como un alivio a la tensa situación que se vive desde hace tiempo. Basta recordar que la sequía es un fenómeno sistemático en Las Tunas y que data de muchos años atrás.
Precisamente la provincia terminó el período húmedo con bajos niveles de agua en sus embalses y su uso sistemático, más el efecto de la evaporación, han disminuido notablemente las reservas del importante líquido.
De hecho, una de las mayores preocupaciones del sector cooperativo y campesino es que- desde hace dos años- no se garantiza agua en el municipio de Jesús Menéndez, la zona de mayor potencial productivo del territorio tunero.
Por eso es bienvenida la lluvia de estos días y porque la campaña de siembra de primavera tendrá un impulso, al menos en las áreas que pudieron roturarse y cuyos tenentes aprovecharán la humedad de los suelos.
También traen beneficios a las plantaciones ya establecidas, sobre todo de cultivos perennes como los frutales, o de ciclos largos, como el plátano y la yuca. Incluso, esos aguaceros son muy bien acogidos hasta donde hay sistemas de riego, porque se extiende el uso del manto freático y del combustible.
Desde el Centro Meteorológico Provincial llega la buena noticia de que en esta semana podría llover otra vez. Y, también en el mes de abril. Sin embargo, estos aguaceros no son el fin de la sequía, ese fenómeno que asfixia la agricultura tanto como la carencia de recursos materiales.
Habrá que esperar qué nos trae el período lluvioso de mayo a octubre. Por ahora, a aprovechar la humedad, sembrar y disfrutar de ese regalo natural.
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