Las Tunas.- Además de la obtención de alimentos, las formas productoras de la provincia de Las Tunas, junto al Servicio Estatal Forestal (SEF) tienen la responsabilidad de preservar el medio ambiente, especialmente las áreas de bosques naturales o establecidos.
Durante el año 2022 esa actividad mostró avances y, según informaciones de la delegación local del Ministerio de la Agricultura, el índice actual de boscosidad es del 20.19 por ciento de la superficie total del territorio.
En los resultados generales, insuficientes todavía, tuvieron un buen desempeño las Cooperativas de Producción Agropecuaria y de Créditos y Servicios, Unidades Básicas de Producción Cooperativa y otras entidades, pero en ellas aún falta mucho por hacer.
En la reforestación no se cumplieron los propósitos, pues solo se plantaron 535 hectáreas, para el 40 por ciento del plan, debido a las condiciones de sequía, poca disponibilidad de combustible y otras razones. Por empresas, el mayor incumplimiento fue de la Agroforestal Las Tunas.
No obstante, crecen las hectáreas de plantaciones y los bosques naturales y también se incrementa la superficie bajo el proyecto de ordenación forestal y planes de manejo, a la vez que se consolida el trabajo en la producción de semillas y en los viveros.
En las cuencas hidrográficas se mantiene la prioridad para Naranjo, en el municipio de Majibacoa, la única de interés nacional. La zona ya tiene reforestadas unas 765 hectáreas, aproximadamente la mitad de lo previsto en el programa de recuperación hasta el 2030.
El SEF y las unidades productoras, además del Cuerpo de Guardabosques, también trabajan en la prevención y el enfrentamiento a fenómenos naturales, delitos e ilegalidades que afectan la flora y la fauna silvestres, como la tala y caza furtiva y los incendios forestales.
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