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A 151 años de truncar la inocencia en la Cuba colonial

Un día como hoy de 1871 eran fusilados en la Cuba colonial ocho inocentes estudiantes de Medicina, una ignominia imposible de olvidar que laceró con su crueldad al matrimonio formado por un camagüeyano y una espirituana.

Acusados falsamente de profanar la tumba del periodista español Gonzalo Castañón, las edades de los acusados oscilaban entre 16 y 21 años. Tiempo después su propio hijo confirmaría que eso nunca ocurrió.

Entre los detenidos estuvo Fermín Valdés Domínguez –condenado a seis años de prisión-, amigo entrañable y compañero de lucha del Héroe Nacional cubano José Martí.

A 151 años de aquel abominable crimen, es válido recordar que la elección se hizo de forma arbitraria, de ellos cuatro que jugaron con el carro donde se transportaban los cadáveres en el cementerio de Espada, en La Habana. Un adolescente de 16 años arrancó una flor y los otros tres fueron escogidos al azar, incluyendo un estudiante de 17 años, natural de la occidental ciudad de Matanzas, que el día de las supuestas profanaciones en el cementerio ni siquiera estaba en La Habana.

A los 20 años fue elegido al azar y fusilado Carlos Augusto de la Torre Madrigal, nacido el 29 de julio de 1851 en Puerto Príncipe (actual Camagüey), mientras que su hermano Alfredo vio la luz el 4 de agosto de 1850 en la villa espirituana.

Aunque en 1871 este último tenía 21 años, por su fe de bautismo en la matrícula aparecía con 19. Alfredo fue condenado a cuatro años de prisión. Graduado de doctor en Medicina y Cirugía en Francia, el 10 de julio de 1883, al regresar a Cuba residiría en su ciudad natal hasta la muerte, acaecida el 15 de abril de 1902. Fue enterrado en el cementerio de la villa al día siguiente.

Ambos eran hijos de Esteban de la Torre y de la Torre, natural de Puerto Príncipe, y Manuela Madrigal Mendigutía, de Sancti Spíritus.

En uno de los textos consultados se dice que Carlos Augusto escribió en capilla una carta que estuvo mucho tiempo en poder de un camagüeyano.

El libro Calle Independencia que fue Real, de María Antonieta Jiménez –Historiadora de la Ciudad- y Javier León plantea que:

«El (Esteban de la Torre) era dueño en Sancti Spíritus del ingenio La Candelaria, y de fincas rústicas y urbanas que le aportaron recursos para poder enviar a La Habana a sus hijos Alfredo y Carlos Augusto de la Torre Madrigal, a cursar bachillerato en el Colegio de Belén de los jesuitas y después matricular la carrera de Medicina”.

El Héroe Nacional cubano José Martí escribió el poema A mis hermanos muertos el 27 de noviembre de 1871, mientras que el oficial español Federico Capdevila defendió a los estudiantes en el primer Consejo de Guerra. Casado con una espirituana viviría en esta ciudad de 1871 a 1873.

Una tarja (1947) en la fachada de la casa de Independencia No.158 recuerda a los hermanos Carlos Augusto y Alfredo de la Torre Madrigal.

En la explanada de La Punta, en La Habana, está ubicado el monumento erigido en el lugar en el que fue consumado el crimen.

Aquel fatídico 27 de noviembre de 1871, Carlos Verdugo, Alonso Álvarez, Carlos Augusto de la Torre, Ángel Laborde, Anacleto Bermúdez, José de Marcos Medina, Pascual Rodríguez y Eladio González fueron fusilados.

En 1971, año del centenario de los terribles sucesos Luis Felipe Le Roy y Gálvez publicó el volumen A cien años del 71. El fusilamiento de los estudiantes.

En este triste hecho se basa la película Inocencia (2018), dirigida por el director cubano Alejandro Gil y producida por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic). (Tomado de Prensa Latina)

 

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