Las Tunas.- Por amor, desde muy joven, Beatriz Céspedes Lorente escogió la difícil profesión de prestar su voz a la comunidad de personas sordas e hipoacúsicas de Las Tunas.
Comprender el aislamiento de quienes no perciben las señales de una sociedad que se comunica a través de los sonidos, la llevó a aprender el lenguaje cubano de señas y convertirse en intérprete de la Asociación Nacional de Sordos, ANSOC, del territorio.
A esta mujer de corazón tierno y fácil conversación, le satisface ser útil en situaciones donde el mensaje claro y preciso es vital, como en las consultas médicas, salones de partos, juicios, accidentes del tránsito, conferencias, entre otras.
Aunque ya está jubilada por problemas de salud, sus amigos sordos la buscan con total confianza, en su hogar, siempre que necesitan ayuda con algún trámite engorroso.
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