Las Tunas.- A su experiencia profesional como enfermera, la Licenciada Edelmis Sánchez suma una labor científica y docente que motiva el interés por la investigación de muchos jóvenes recién egresados. Ella es ejemplo ante su colectivo en el Hospital Provincial Pediátrico Mártires de Las Tunas.
No llegó por azar a su carrera, la vocación la enamoró desde la infancia cuando atentamente escuchaba a su vecina hablar de las motivaciones de su profesión mientras admiraba la responsabilidad y el humanismo que describían a quien portaba aquel uniforme blanco y una cofia en el centro de su cabello.
«Fui de las primeras que entró a la Universidad en la promoción de la Licenciatura de Enfermería en cinco años. En el año 2004 me incorporé a la sala de Terapia Intensiva, en el Hospital Pediátrico Mártires de Las Tunas» . Es en esa institución emblemática donde ha estado toda una vida, allí atesora recuerdos gratificantes y momentos difíciles superados con profesionalidad y dedicación.
«En la sala de Terapia Intensiva la superación es vital, inicié varios cursos, realicé uno de Terapia Intensiva de Emergencia a tiempo completo con los médicos y una residencia de alta calidad, que a la vuelta de los años me satisface pues cada tiempo empleado en la superación resultó momentos de aprendizajes y capacitaciones».
Edelmis ayuda a la formación de nuevas generaciones de enfermeras, a quienes trasmite conocimientos, «tuve el privilegio de enfocarme en los trabajos científicos y la docencia, por ello mantengo un mayor compromiso con la preparación de los estudiantes, me satisface impulsar diplomados en coordinación con varios servicios.
«Tras mi regreso al país me reincorporo a mi institución luego de cumplir en el 2016 misión Jamaica, una oportunidad vinculada a la terapia intensiva pediátrica, una actividad mucho más sensible».
«A la vuelta de estos años, mantengo la premisa ética del personal de la enfermería, los exhorto a ser mejores, entregar pasión en su labor diaria, mantener la preocupación por cada paciente, y en ser ejercer con disciplina».
“En ese intercambio aprendo y me convierto en reflejo de mis alumnos, ellos demuestran la vocación humanista, de ahí que los preparo con luz larga pues el enfermero permanece 12 horas junto al paciente, y debe observar celosamente las sintomatologías, velar por el comportamiento de los infantes y asistir a los familiares con prontitud».
Esta tunera ejerce con orgullo va mucho a las salas, da seguimiento a los pacientes con larga estadía en el hospital, al cual considera su otra casa, «siempre he trabajado en este Hospital, desde que me gradué, viene a ser como mi segunda casa, aunque creo que estoy más tiempo aquí que en mi hogar».
«Mi profesión es muy humana tuve la oportunidad de hacer cambio para Medicina pero no, yo sigo siendo enfermera». A la Licenciada Edelmis Sánchez Batista, Máster en Atención Integral al niño, es fácil reconocer por un uniforme pulcro y su cofia como símbolo del personal de la enfermería, ejemplo de altruismo y entrega, una profesional de aprendizajes».