Las Tunas.- El hermanamiento entre lombardos y tuneros, con 25 años de relaciones establecidas, marca hoy la presencia continua de la brigada de trabajo voluntario Giovanni Ardizzone, que en su trigésimo octava edición, retomó su presencia con acciones de intercambio entre ambos territorios.
Así lo refiere el titular de la Asociación de Amistad Italia-Cuba de la región de Lombardía, Franco Tonon, quien impulsa esta experiencia más allá de un gesto para convertirlo en un deber con los habitantes de esta urbe, que reconocen el gesto y retribuyen con aplausos espontáneos.
«Esta es una estrategia de la Asociación para hacer ayuda, trabajo y donativos por la sanidad en estos años, pues el problema de la salud es hoy uno de los más grandes del mundo, y todos nuestros esfuerzos responden a este hermanamiento, somos amigos de Cuba».
Pintar una escuela, restaurar una sala de un hogar de ancianos, entregar insumos médicos, materiales escolares e intercambiar con nuevos proyectos económicos se han incluido entre las acciones de los más de 300 italianos que a lo largo de este tiempo han participado en esas brigadas de trabajo voluntario.
El hermanamiento con la provincia de Las Tunas es un vínculo que se refuerza con la incorporación de jóvenes brigadistas como David Maisano, en su primera experiencia, para quien este momento de apoyo trasciende por el aporte a la Salud Pública.
«Es muy diferente a Italia, los jóvenes deben conocer de la importancia de los servicios que prestan, luego de la pandemia de la Covid-19, y como persona participar de estas donaciones es una experiencia única».
Las brigadas de solidaridad Giovanni Ardizzone se crearon en julio de 1998 y tras cinco lustros de existencia resultan la expresión más palpable de los estrechos lazos de la amistad y la solidaridad internacional, un valor que bien conocen los nacidos en Cuba.
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