Los celulares hoy son casi una extensión del cuerpo de algunas personas por las posibilidades de facilitar ciertas tareas, además de su propósito primero como dispositivo para la comunicación.
Marcas, tamaños y formas describen los gustos y el poder adquisitivo de sus dueños, convirtiéndose en estos momentos en un artefacto casi imprescindible.
El celular es un equipo electrónico que nace para solucionar la incomunicación o mejor dicho para comunicar lo que antes solo se hacia con el pensamiento. Un instrumento que ha venido a llenar los días de muchos y a vaciar los de otros, acerca distancias para unos y aleja para otros, es un amigo de algunos y enemigo de otros; es, en fin, un aparato de la discordia.
En realidad tiene más ventajas que pérdidas, lástima que no esté siempre en las manos de quienes deben darle el verdadero y el buen uso para el que fue creado.