Jobabo.- Es la alegría desenfadada de su gente, el primer santo y seña que le darán si usted indaga por el municipio de Jobabo. Después, si tiene la oportunidad y la dicha, sabrá más de quienes tienen notoriedad como guapos, pero que en verdad, al menos en mi experiencia, son gente muy noble y sencilla.
Ubicado en la parte sureste de la provincia, de Jobabo la toponimia, recoge que su denominación proviene de la palabra aruaca Jobabol, que significa poblado por jobos, lo cual indica que en el pasado abundó en esas tierras este árbol de uso medicinal.
Cuenta la historia que de forma apresurada nació allí la Revolución que en 1868 se insurreccionó contra el yugo español en busca de independencia. Y aunque no existe claridad total de cómo fue ese día ni qué acciones concretas se desarrollaron, lo cierto es que el 17 de octubre de 1868 Cabaniguán se alzó en armas por la independencia de Cuba y un acaudalado hacendado, Francisco Vicente Aguilera, comandó los ímpetus libertarios.
Entonces la rebeldía ya era parte del acervo de ese pueblo que dio evidencias de tal esencia desde el 1533, cuando en la minas de oro de Caobilla, los esclavos se resistieron ante la explotación. En esos antecedentes está parte de la historia de la mina de oro Golden Hill, la cual nació como un fruto de la unidad continental y gracias al empeño de su colectivo ha devenido en el principal enclave de extracción de oro en el país.
Es ese pueblo alegre, creador, valiente y porfiado ante la adversidad el mismo que fue cuna de las verbenas en honor a San José, Patrono del poblado, que aún inspira a los más fieles defensores de las tradiciones locales.
Quiso la naturaleza depositar en Jobabo maravillas del talante de la Ciénaga de Biramas, en el Delta del río Cauto. En ese sitio de difícil acceso está Monte Cabaniguán, destino de pocos y anhelo de muchos por las bellezas naturales que atesora, entre estas la mayor reserva del mundo de la especie de cocodrilos Acutus, conocida como cocodrilo americano.
De esas joyas de la naturaleza puede presumir Jobabo, también del talante de su gente batalladora que le pone pensamiento al desarrollo local, a la producción agrícola y de carbón, así como a otras áreas de la economía y la sociedad que es necesario impulsar.
Con esos desvelos ha de andar allí la militancia comunista; heredera de los jóvenes luchadores de la clandestinidad y de los fundadores de la organización en 1965. Esta vanguardia, tiene por delante los desafíos del presente; también la voluntad y el compromiso de mantener la independencia, la soberanía y la construcción del socialismo aún en medio de grandes dificultades materiales.
En medio de la mar tempestuosa, en la tierra de la batalla de Palo Seco y de héroes de la lucha contra bandidos y de Girón se pelea todos los días de maneras diversas desde la producción, los servicios, la cultura, el deporte, la agricultura, porque esa es la forma nuestra, cubana, de agenciarnos el porvenir.
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