En el central Colombia muchos conocen a Mixsy García Giraldo, quien durante 35 años ha trabajado allí cumpliendo diferentes funciones. Cada vez que arranca la zafra azucarera o cuando es “tiempo muerto”, Mixsy añora esta fábrica porque es el orgullo para todo el municipio sureño.
“Este central es mi vida y eso lo entienden solo los azucareros. Todo el que trabaja en un central no se puede desprender de su magia porque constituye un amor incondicional por los hierros.
“Aquí se realizó una inversión que sin dudas mejoró la cotidianidad del ingenio. Se le restauró la fachada, se pintó y se cambió el techo. Ahora todo está más bonito y limpio. Para este año tenemos problemas con la caña, pero los azucareros están con una gran motivación por hacer azúcar”.
¿Cómo son los días previos a la arrancada del central?
“Antes de arrancar el central todo es muy emocionante. Cada trabajador cumple con su función. Se prueba la maquinaria y se está pendiente a cada detalle y las ganas pueden más que el cansancio”.
¿Qué la motiva a venir a trabajar?
“Este es un amor indescriptible. El central es el gran amor de mi vida y por más que te quieras alejar, no puedes. Esta es una actividad muy dinámica y siempre estas aprendiendo”.
¿Están los colombianos orgullosos de su central?
“Gracias a este central Colombia está en pie. Los colombianos aman a esta fábrica y están muy orgullosos. Aquí todos conocemos la terminología azucarera y nos preocupa cada detalle. Este pueblo hizo suyo el central”.
A Mixsy García Giraldo, Especialista A de Mantenimiento que atiende el área de Derivados, la conocí por casualidad y en sus vivencias está reflejada la historia de muchos azucareros de Las Tunas y de Cuba.
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