Las Tunas.- Gran parte de la cultura en Las Tunas fue tocada por la mano de su Hijo Ilustre, incansable artista, magnífico ser humano, leyenda y orgullo tunero: Cristino Márquez Reyes.
Este 7 de agosto se cumplen cuatro años de su desaparición física y la impronta que legó se multiplica en el quehacer de creadores e instituciones, contribuyendo desde el esfuerzo y el talento a nuestro desarrollo cultural.
El nombre de Cristino ganó sitio de honor no solo por el virtuosismo que como músico demostró, sino por los actos de amor hacia esta provincia: su papel protagónico en el inicio de la enseñanza artística, el rescate y perpetuidad de las bandas de concierto y el nacimiento del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, del cual fue su primer presidente.
Más de cinco décadas de labor ininterrumpida lo consagraron a su tierra, siempre abogando por el Balcón del Oriente cubano incluso cuando llevó su arte hasta Angola y Haití, regiones que lo arroparon como la propia Patria porque también allí, dejó estelas de luz.
Nos llenó de voluntades, de razones para crecer, vivió por el arte y para él, sembró profesionales preparados, comprometidos y con ansias constantes de superación.
Hijos y nietos músicos engrandecen su apellido, esos que hoy, orgullosos, recuerdan emocionados a este referente imprescindible de la cultura cubana.
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