No es campesino pero, como si lo fuese, para Reynaldo Cabrera Carmenate el día inicia antes de la salida del sol. ¡Y bien arriba! Una batería de ejercicios físicos puede ser el despertar para él y sus compañeros de la Brigada Especial del Ministerio del Interior (Minint), en Las Tunas.
Alpinismo, nado, tiro, táctica, defensa personal, carreras por largas distancias…cada jornada es un desafío y una oportunidad para hacer honor al uniforme y a la destreza mental y física.
«Somos una unidad de respuesta rápida y cumplimos con varias tareas dirigidas a prepararnos físicamente para evitar lesiones. Muy importante es la práctica de defensa personal; es un entrenamiento duro, pero que nos aporta también de mucha disciplina.
“La profesión es muy linda, importante y, a su vez, muy riesgosa; por eso hay que prestar mucho interés y respeto en las clases de los instructores, que en cada lección te dotan de los pasos para ejercer cualquier actividad.»
Sin embargo, aclara Reynaldo, no es solo una cuestión física, sino de unir a la imprescindible condición del cuerpo la correspondiente formación ideológica y el conocimiento para actuar ante cada situación. La verdadera fuerza está en el uso de la razón y en el trato adecuado a ese pueblo al cual se deben, y por el cual trabajan cada día
«Cada actividad requiere de la inteligencia y la lógica necesaria para enfrentar los acontecimientos. Todo parte de la disciplina, sin esta no puede funcionar la unidad. Como jefe de un subgrupo es una responsabilidad grande ser guía, soy como quien dice la cabeza pensante; o sea que la respuesta que se dé, si es buena o mala, depende de mí.»
A sus 29 años, Reynaldo atesora ya mucho que contar de esta vida de servicio, sacrificio y rigor constantes. Para él la travesía inició con el Servicio Militar Activo (SMA) y el trabajo como guardafronteras, y luego con el ejercicio como piloto explorador también en la preservación de las costas del país.
«Para asumir la vida militar hay que tener interés, madurez y sentido de entrega a la Patria», sentencia, y se apresura a hablar del orgullo y el compromiso que lo mueven cada día.
«El Minint es muy importante para la Revolución, pues está, en cada momento, en la primera línea de combate. Llevar el uniforme es un orgullo e inspira respeto, también la asunción de un compromiso, de una disciplina, madurez, de una forma de vida.”
La vorágine diaria deja poco espacio para la familia, lo dice, mientras comenta de su pequeña de dos años y de esa aureola de amor que despierta su crecer feliz y seguro. Tal vez ahí, en la callada certidumbre de que la paz, como el cariño, es el principio de todo; resida la fuerza para dejar el hogar y emprender el camino del deber.
Nunca será suficiente el tiempo para hacer, la juventud tiene ese signo. Se multiplica entonces Reynaldo, como lo hacen también sus compañeros, y los minutos y horas se distribuyen, además, en impartir clases, comandar un subgrupo y realizar actividades con un círculo de interés y con los alumnos de la Escuela de Conducta. A este quehacer fecundo se añade asumir la dirección del Comité de Base de la Unión de Jóvenes Comunistas en la Brigada Especial, la cual ha merecido recientemente la Bandera de Honor de la UJC concedida por el Comité Nacional de la organización que se fortalece con una generación que crea y crece.
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