Las Tunas. – Hace apenas unos meses el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Luis Urquiza Jorge realizó su graduación 33. Más que la formalidad del acto habría que destacar la trascendencia social del acontecimiento que anuncia, una vez más, la formación futura de mujeres y hombres capaces de impulsar las ciencias en todos los frentes: economía, salud, educación, industria biotecnológica y biomédica, el área agrícola…
Un logro de esta índole solo es posible gracias a la formación y existencia de un capital humano que durante décadas ha legado a las nuevas generaciones su saber, al tiempo que ha abierto las puertas a la superación, por la nueva hornada, de ese conocimiento legado.
Dentro de ese claustro que prestigia la educación en Las Tunas y en Cuba, está el Alberto Luis Arias Yanes, a quien muchos llaman «el profe Albertico». Durante más de cinco décadas las aulas han sido un espacio ideal para «conectar» con los jóvenes.
Hasta ellos ha llegado a través de las clases de Cultura Política en las cuales más que instruirlos en el conocimiento y la evolución de las diversas teorías, entre estas la marxista-leninista y el pensamiento filosófico latinoamericano y cubano; los ha guiado por el camino de la reflexión acerca del mundo y el rol que tenemos los seres humanos en su transformación.
Makarenko de formación, este educador de hablar pausado y en voz baja, es también un martiano convencido; razón por la que recientemente el movimiento juvenil que difunde y estudia la obra del Apóstol le concediera el premio «Ismaelillo».
Tiempo21 le invita a escuchar, en el siguiente trabajo, algunas de las reflexiones de este consagrado pedagogo que continúa haciendo del aula un espacio para crecer; el testimonio de sus alumnos a lo largo de los años así lo confirma.
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