Las Tunas. – Pensar una serie para Cuba entraña un número nada despreciable de preocupaciones. Si el creador decide que será independiente, aventura además la tarea de mover a un colectivo al riesgo de lo desconocido. Imagino.
Así resulta para mí el acercamiento a 10 latidos por segundo o 10lxs, como abrevian su nombre en redes, por eso de andar rápido, como los tiempos en los que se mueven jóvenes y adolescentes.
En siete capítulos cortos la trama resume los móviles que hacen andar a un grupo de 10 muchachos, sobre todo en el mundo amoroso, ese que produce desvelos y descubrimientos a distintos niveles, principalmente cuando no se teme a la experimentación.
Como agua refrescante, corta y sincera, así me la describió una espectadora, «productos como los que necesitamos hoy, sin tanto vuelo que solo te hace voltear y buscar algo más».
Desde el mes de agosto circula en memorias flash, tras su lanzamiento en plataformas como Playxon y una efectiva promoción en Facebook, Instagram, YouTube y otros perfiles igual de atractivos.
A su director y uno de los personajes que más simpatías ganó, Edy Suárez Díaz (Marcos), nos acercamos, gracias a las bondades de WhatsApp y de la telefonía móvil para saber un poco de esta experiencia, que seguro ha despertado a otros realizadores cubanos en potencia.
– En algunas entrevistas refieres que desde el 2019 trabajas en el proyecto, ¿en qué momento comienzas a cocinar la idea y pensar en todos los ingredientes para lograr tu sazón?
«Hace alrededor de un año, en septiembre-octubre del 2019 yo comencé a plantearme el proyecto, lo que quería hacer. Venía con ganas de crear, pero justo en esa fecha empecé a escribir».
– ¿Ya tenías una idea de quiénes deseabas incluir en la serie?
«En un principio no. Yo laboraba en una compañía de teatro (Jazz Vilá Project) y tenía muchos amigos actores, pero yo sé que es difícil que profesionales con más trayectoria y trabajos por hacer se integren a un proyecto como este, y me dije: voy a buscar desde cero a ver qué aparece y a quién encuentro que se quiera integrar».
– ¿Para un realizador con tan poca experiencia resultó difícil lograr el patrocinio y el apoyo de personas más experimentadas?
«Yo aprendí mucho sobre marketing, de cómo vender la carpeta de un producto, y aun así es muy difícil porque no se cuenta con una trayectoria de respaldo ni un currículo que haga a patrocinadores fuertes enrolarse en este tipo de proyectos.
«Y fue complicado, muy pocos apoyaron la idea y solo con lo que tenían a la mano, un local, un recurso… Nos colaboró JNV Productions de Reinier Cepero, pequeña productora audiovisual con un equipamiento muy básico para una propuesta como esta.
«La verdad, es un atrevimiento de mi parte hacerla con tan escasos medios, pero él puso a disposición de nosotros lo que poseía, lo tomamos, y con muchas poquitas cosas hicimos la serie».
– Yo diría que optas por el pluriempleo en la serie (director, actor, guionista, incluso hasta camarero) ¿cómo manejaste ser juez y parte sin perder la perspectiva?
«Sí, es difícil; sobre todo crear un equipo con bases sólidas porque yo estaba haciendo muchas cosas a la vez, y si no tenía el apoyo de ellos mientras realizaba una actividad específica, las otras podían fallar, y todo irse a la borda. Pero lo logré.
«Cuando yo actuaba Rosalí Suen y Tomás González dirigían las escenas, y eso me ayudaba y aportaba mucho como actor en el momento de estar frente a cámara.
«Soy muy profesional y serio en el trabajo. A pesar de que algunos son mayores que yo (Edy solo tenía 21 años al grabar la serie), encontraron en mí esa persona que admiran, respetan, y al mismo tiempo con la cual pueden sentarse a compartir, reír; pero saben que cuando digo: a trabajar, es a trabajar».
– ¿El personaje de Marcos lo hiciste para ti desde un inicio?
«Sí, siempre lo pensé para mí».
– Marcos resulta un anclaje, un punto de apoyo para sus amigas, un solucionador de problemas… El personaje perfecto para ganar empatías (exceptuando los homofóbicos), pero carece de conflictos a nivel de la escena, ya sabe lo que quiere, y exige con naturalidad que lo amen sin tapujos. O sea, de alguna manera impulsa la trama, pero él mismo no sufre transformaciones.
«El tema es que, además de dirigir y escribir, lo que más me apasiona es actuar. Cuando creé el proyecto siempre pensé en un personaje para mí, y te digo, siendo totalmente sincero, me hubiese gustado, incluso, hacerlo con mayores retos a nivel actoral y puntos de flexión más intensos. Sin embargo, yo sabía a lo que me iba a enfrentar al desempeñar tantas funciones a la vez.
«No quería en ese sentido descuidarme y ponerme un desafío actoral tan grande cuando no podía dedicar el ciento por ciento del tiempo a estudiar el personaje. Es uno de los tres protagónicos y fue con el que el público más conectó, pero eso ya es responsabilidad de ellos, no mía.
«Y bueno, estoy contento con el resultado de “Marcos”, y considero que llegó a buen término, a pesar de las condiciones en que se hizo».
– Lanzarse hoy a las redes sociales puede ser el mejor paso cuando se trabaja para un auditorio juvenil, y también un medidor polémico. Quienes comentan desean una respuesta, pero cada reacción o comentario no representa ni el 90 por ciento de la cantidad de personas que vieron la serie. ¿Cómo equilibras entonces la balanza para saber qué funcionó con el público y qué no?
«Eso pasa en las redes, pero también en todos los medios; solo recibes respuesta de una porción del público al que llegó el producto, y tienes que tomar esa muestra y evaluar lo que a ti te funciona y lo que no, a partir de esas opiniones.
«Hoy en día si hay un medio ideal para acceder a los jóvenes son las redes, y a pesar de que en Cuba no contamos con la experiencia, la infraestructura ni la cultura general en los habitantes para disfrutar el contenido de esta manera, creo que es un paso de avance.
«El lanzamiento de 10lxs y conseguir en plataformas como Picta, que es cubana y funciona por datos nacionales, un grupo de suscriptores importantes y hasta ocho mil vistas cuando habitualmente no superaba las mil representa un hecho muy satisfactorio para la producción. Además, facilita que creadores audiovisuales del país, independientes o no, quieran posicionar su contenido en redes y Picta es una buena opción.
«10lxs fue un experimento en todo su sentido; en hacer un contenido para redes y en obtener respuestas. Significó una escuela, te muestra qué funciona y qué no, y cómo puedes llegar o no al público.
«De esa muestra hay críticas malas, buenas y también constructivas. Muchas personas nos apoyan y están encantadas, esperando con ansias la segunda temporada».
– ¿Qué crees que te faltó en la serie?
«Uno va aprendiendo en el proceso. Es mi primera serie, o sea, mi primer contenido audiovisual como realizador y siempre quedan ganas de más. Sin dudas hay que perfeccionar aspectos del contenido técnico y actoral.
«Yo lo quiero mejorar todo, pero creo que el sonido, el audio de la serie fue una de las fallas más grandes de la serie a nivel técnico. El trabajo con los actores pudiera ser un poco más duro en la siguiente temporada, de conjunto con el guion, para lograr un producto de una calidad superior».
10 LXS es perfectible, pero demasiado admirable como para dejarla pasar indiferente. ▶️@jsrobles94 @edyotravez @10lxs_laserie #10LXS https://t.co/YmzodgFDme
— Dinella García Acosta (@dinella_garcia) September 5, 2020
– ¿Feliz con el resultado general?
«En general sí, sobre todo por la respuesta del público. El mayor crítico que tiene la serie soy yo, mis actores saben que apenas culminaba un capítulo, los miraba y decía: no me gusta; pero me parece que eso es un “trauma” de director. No obstante, estoy satisfecho del resultado, del cariño y del apoyo del público de todo el país.
«Yo me he quedado asombrado cuando alguien me escribe: ´mi abuela te adora´. Hice la serie para jóvenes, pero bueno, si tu abuela la está viendo me parece fenomenal.
«Creo que llegar con estos mensajes tan revolucionarios, tan frescos y a veces tan “fuertes” para los adultos mayores, y aun así atrapar su atención, es un mérito que motiva y que guardo en mi corazón; sin dudas me deja una experiencia muy bonita».
– Aunque ya se lanzó completa aún circula, y muchos jóvenes la buscan y se identifican. ¿Cómo se la presentarías?
«10 latidos por segundo, para quienes no la han visto, es una serie juvenil de siete capítulos, en los que vamos a recorrer la historia de tres amigos que viven juntos y comienzan a experimentar numerosos cambios en su vida personal. Cada uno con vivencias diferentes y en etapas distintas, enfrentándose a situaciones que les hacen replantearse quiénes son, qué quieren hacer y con quién quieren estar, y autodescubrirse.
«Ninguno de los 10 personajes es lo que parece, y la misma historia es como ir conociendo a una persona. Los primeros capítulos son, quizás, más superficiales y ya hacia el final encontramos dramas fuertes.
– ¿Cómo definirías la serie para tu vida personal y profesional en una palabra?
«Escuela, sin dudas. Es una escuela».
– Algún adelanto de lo que podremos encontrar en la próxima temporada. ¿Evolucionan los personajes?
«Sí, estamos en el proceso creativo de la temporada siguiente. Por la experiencia anterior y por lo que logramos a nivel de guion nos damos cuenta que vamos perfeccionando muchas cosas. Las historias se ven mucho más estructuradas, entran personajes nuevos a complejizar la trama, a poner todo patas para arriba, como decimos los cubanos».
***
A punto de finalizar nuestra conversación, Edy lanza una exhortación, de esas que brotan de los adelantados, como este joven valiente que no teme competencias y que sí apuesta porque este tipo de productos se repliquen con buena voluntad y como la evolución necesaria al audiovisual cubano.
«Debemos seguir innovando y regalándole al público contenidos frescos, que al final es el centro de la creación. Cuba es un país al que le hace falta, sobre todo a nuestra generación, mucho contenido para debatir. Tenemos la responsabilidad de al menos hacer el intento de transmitir estos mensajes».
Con ganas de un poco más me despido de Edy desde el móvil, agradecida por su naturalidad para regalar una entrevista que duró unos cuantos minutos. Y aunque una conversación de ese tiempo puede resultar corta cuando el interlocutor es vivaz y elocuente, a mí se me estremecen los dedos pensando en lo que me queda por teclear…
/mga/