Las Tunas.- Mantener una producción estable, a pesar de las limitaciones y carencias, es el compromiso de los trabajadores de la Unidad Empresarial de Base Fábrica de Refresco, Ron y Vino, en la provincia de Las Tunas.
Una de las líneas más activas y con mejores resultados productivos es la planta de refresco Coral, que mantiene total actividad bajo estrictas medidas de bioseguridad; tanto para el personal, como en los distintos procesos de elaboración y empacado.
Aunque esta UEB presenta dificultades para surtir con mayor frecuencia el refresco concentrado a granel en los mercados y puntos de venta de las entidades del comercio y la gastronomía del territorio, el Coral, envasado en nylon de 250 mililitros, goza con una buena aceptación por parte de los consumidores.
La máquina existente envasa 40 bolsas por minuto, a razón de 23 mil por turno de trabajo de ocho horas. Es cierto que producen refresco de cuatro sabores, aunque, los preferidos por los tuneros son los de naranja y uva.
Se trata de un proceso dinámico, pero requiere pericia del operario para acomodar bien los rollos de nailon, y luego regular la cantidad exacta de refresco para cada bolsa.
También se debe estar atento por si alguna bolsita se rompe o el líquido se agota o disminuye su intensidad, algo que se adquiere con la experiencia. Según los operarios de esta línea de producción, hay que «estar a la viva» para no desperdiciar la materia prima y ajustarse a los parámetros de calidad establecidos.
Cada mes la Unidad Empresarial de Base Fábrica de Refresco, Ron y Vino factura cerca de 400 mil bolsas de refresco Coral, un producto que es comercializado al precio de un peso y cuarenta centavos, por eso, a veces, es imposible encontrarlo en la red gastronómica.
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