Las Tunas.- Como parte de las medidas de beneficio social que implementó Cuba en la década del 60, del pasado siglo XX, se incluyó la creación de los Círculos Infantiles por Vilma Espín Guillois, una posibilidad que contribuyó a la incorporación social de las mujeres cubanas a la vida social y laboral.
Este 10 de abril en la provincia de Las Tunas se celebra la fecha con cambios en la dinámica diaria para garantizar la protección desde la primera infancia en este tipo de institución, con la adopción de las medidas implementadas por el Ministerio de Educación ante la propagación de la Covid-19.
Los 28 centros de su tipo y el jardín infantil en el territorio permanecen abiertos, aunque con una menor presencia de los más pequeños de la familia, en tanto el amplio colectivo de educadoras y auxiliares pedagógicas distribuidos por equipos de trabajo continúan el proceso de enseñanza.
A pesar de que se ausentan las múltiples voces que tararean ese término nuevo que reitera la educadora en la actividad caracterizadora del día, el colectivo se proyecta por lograr entre quienes asistan el máximo desarrollo posible, el sentido de responsabilidad, el compañerismo y el amor a los valores patrios.
Con la responsabilidad de formar
En esta inigualable tarea son muchas las protagonistas de estas instituciones, entre ellas Juana Minerva Nápoles, maestra del grado preescolar, del Círculo infantil Amiguitos del Minint, en el centro histórico de esta ciudad.
Hace 32 años decidió emprender la experiencia de atender a niños y niñas y con ello, beneficiar la integración de otras tuneras que como ella se desempeñan en importantes labores para la sociedad.
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«Trabajar en la primera infancia es especial, me gusta lo transparente que son los niños, cuando sonríen te expresan sentimientos de amor, respeto y con sus abrazos exigen la mejor atención, ellos significan el futuro de la nación.
«Cada vez que recuerdo en mi colectivo que estoy cerca de la jubilación distintas familias me expresan que no me retire hasta que sus hijos lleguen a mi aula del preescolar, y esta petición desborda el alma, me hacen sentir en deuda.
«Ante el aislamiento social siento nostalgia por mis pequeños, contemplo los libros, miro el salón e identifico los puestos donde se sientan en tanto recuerdo sus rostros tan alegres al llegar y saludar ¡Good morning!, ¿How are you? con dominio de las frases en inglés, pues integramos la experiencia del III Perfeccionamiento de la Educación cubana.
«Es sorprendente el conocimiento que adquieren en esta tarea en la cual desempeñamos un papel importante, contribuimos al aprendizaje en diferentes áreas como las nociones elementales de la matemática, la preescritura y el análisis fónico, entre otras».
Juana facilita el desarrollo de habilidades y capacidades para enfrentarse al escenario escolar futuro y al respecto asegura« he incorporado a primer grado niños que se destacan por la calidad de la enseñanza, con trazos firmes, muestran socialización y son participativos.
«Todo ese resultado es bueno, la familia lo agradece y retornan a la institución para mostrar la evolución de esa simiente que formé en sus hijos, todavía me sorprendo en la calle cuando me abordan médicos, trabajadores de la empresa eléctrica y profesores que fueron también mis niños, esas son historias muy bonitas».
El pelo blanco inunda el cabello de esta tunera sencilla cuyas manos inquietas apoyan cada palabra, mira a su alrededor donde juegan los únicos dos infantes que asisten a su institución, y los invita a recordar los colores y la agrupación según sus formas. Los observa y divisa en sus rostros la inocencia de esa etapa.
«Nosotros continuamos trabajando organizados por equipos y los padres demuestran la plena confianza en el cuidado de sus hijos, eso valida la experiencia de los círculos infantiles pues aquí brindamos la protección y el derecho de aprender.
«Hoy me siento honrada de participar en el III Perfeccionamiento de la enseñanza de la Primera Infancia, es un proceso abarcador, con mucha instrucción para los infantes, se le introducen nuevos argumentos porque deben estar formados acorde con las nuevas potencialidades de la sociedad para que logren ser los científicos, los médicos y los maestros del mañana.
«Si me jubilo el próximo año me voy con el orgullo de que fui parte de las muestreadas en este proceso en la enseñanza preescolar, y agradezco la oportunidad a las metodólogas, la directora y subdirectora de mi institución, a los maestros que me enseñaron a ser auxiliar pedagógica y luego educadora.
«Hay que tener amor para trabajar con los niños y lograr una vinculación fuerte con la familia para explotar al máximo cada potencialidad, somos la base de esa futura preparación que iniciarán en el primer grado. Creo que si volviera a nacer elegiría esta misma profesión, me va la vida en ello».
La profesión de ser maestra en el círculo infantil Amiguitos del Minint, enorgullece a Juana, quien ha marcado los días de muchos niños que pasaron por su salón, un sitio que convierte en espacio ideal de crecimiento y de formación de los más pequeños junto a la familia.
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