«Serénese y apunte bien. Va usted a matar a un hombre». Ernesto Che Guevara miró a los ojos al soldado Mario Terán, que temblaba ante el cumplimiento de la orden, Con la misma valentía con que luchó contra el imperialismo, el Guerrillero recibió las balas que lo asesinaron.
El Che fue capturado herido en una pierna y con el fusil inservible, el 8 de octubre en una emboscada en la Quebrada de Yuro, en Bolivia.
En la escuelita de La Higuera, al sur de la provincia de Vallegrande, se consumó el asesinato y su cadáver con ojos insólitamente abiertos fue exhibido en un acto de insana jactancia por los sicarios.
La noticia conmocionó al mundo. El pueblo cubano que en acto de amor le había otorgado la ciudadanía por nacimiento y lo había bautizado para la eternidad como el Che, lo lloró amargamente.
A pesar de los esfuerzos de Cuba por recuperar los cuerpos de los combatientes de la guerrilla, no fue hasta 1997 que fueron encontrados, identificados y trasladados al Memorial de Santa Clara, donde se les rinde justo homenaje.
La personalidad del Guerrillero Heroico inspira actualmente a todos las mujeres y hombres que luchan por un futuro mejor, pero para los cubanos, siempre será el expedicionario del Granma, el amigo inseparable de Camilo, el compañero de Fidel, el padre amoroso y el revolucionario exigente, honesto e intransigente con lo mal hecho.
/nre/
Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube