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Al mosquito hay que darle duro

Las Tunas.- Como parte de las estrategias de la Campaña Antivectorial se realiza el tratamiento adulticida al universo urbano de las cuatro áreas de Salud del municipio cabecera, para destruir al mosquito Aedes aegypti, transmisor de las arbovirosis.

«Está concebido que se hagan cuatro pases de fumigación cada siete días. Comenzamos hace alrededor de dos semanas en la zona del policlínico Manuel (Piti) Fajardo, pero no se pudo completar el objetivo. Ahora pensamos disponer del combustible para cumplir lo planificado», explicó el doctor Juan Núñez Chacón, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.

Enfatizó en la necesidad de apegarse a las exigencias técnicas para lograr calidad en el proceso. Además, llamó a los tuneros a cooperar con esta acción en aras de tratar la totalidad de las viviendas previstas, las cuales deben permanecer cerradas 45 minutos tras la aplicación del producto.

El mosquito antes de ser adulto y volar pasa por cuatro estadios larvarios. Ese ciclo evolutivo, que antes ocurría en una semana, ahora sucede en cinco o seis días, como consecuencia de las propias condiciones climatológicas y el deterioro medioambiental.

No hay otra manera, hay que destruir los refugios del vector; lo mismo en un tanque para almacenar agua que en un cascarón de huevo, una lata sin perforar, botellas boca arriba y hasta en una tapita abandonada en un rincón del patio.

El doctor Núñez insistió en que con esas medidas «contribuimos a mejorar el cuadro higiénico sanitario, disminuir los riesgos entomológicos y, por supuesto, a minimizar la transmisión de enfermedades que se pueden generar en un lugar determinado».

Y agregó: «Los inspectores deben ser más severos y no dejar pasar conductas negligentes. Hay que ir más allá y no aplicar la multa a partir de los focos encontrados, sino por los riesgos que existen en la vivienda. Nuestro deber es cumplir lo establecido y reconocemos que nos faltan más exigencia y rigor».

La Campaña Antivectorial ha transitado por varias modificaciones y, como muchos otros proyectos y procesos, siente el impacto de la escasez de recursos, especialmente del combustible, imprescindible en la fumigación. A la par, el desgaste de las piezas disminuye el rendimiento de las máquinas y, por ende, interfiere en los resultados.

Los factores objetivos marcan diferencias en la calidad de la faena, pero lo que sí no debe suceder es que elementos subjetivos interfieran en esta lucha diaria contra las epidemias. Corresponde, entonces, ceder el paso a la sensatez y la responsabilidad, y que cada persona, desde su posición, aporte un granito de arena por el bien común. (Por: Misleydis González Ávila/PERIÓDICO26

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