Nunca, cuando vivía, la gente de pueblo decía «Yo soy Fidel», no hacía falta porque él estaba. La frase, que en esencia es sentimiento, nace en el mismo momento de su partida, como una forma clara y concreta de eternizarlo, como una forma clara y concreta de afirmar y demostrar que él sigue aquí, en cada cubano de bien.
Hace ya dos años que partió y el «Yo soy Fidel» es cada día un sentimiento más fuerte, que denota la cubanía, la raíz, la esencia de un hecho que va más allá de la persona, y desde la niñez hasta la adultez, pasando por la juventud, por supuesto, Fidel se multiplica en millones de cubanos que lo tienen como estandarte de lucha y de victoria, como el guía eterno de este país que es ya un gigante.
Las imágenes con ese sentimiento están por doquier, y en la Red van de un confín a otro, para mostrar y demostrar que Fidel es Fidel y que Yo soy Fidel, y aunque en singular abarca a millones.
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