Las Tunas.- Los humildes habitantes del poblado Arroyo el Muerto del municipio de Majibacoa. en la provincia de Las Tunas, viven orgullosos de su legado revolucionario, y en especial del combate que sostuvieron los rebeldes en esa región, durante la recta final de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Ya a finales de 1958, el Ejército Rebelde se había fortalecido y se extendía con exitosas acciones por el llano. El líder de la Revolución, Fidel Castro había encomendado al Comandante Delio Gómez Ochoa, la jefatura del IV Frente Oriental Simón Bolívar, con la misión fundamental de impedir el tránsito de las fuerzas del ejercito batistiano entre el oriente y el occidente del país.
Precisamente, el 18 de noviembre de ese año un pelotón de la Columna 12 y otro pelotón de la columna 32, emboscaron en la carretera rumbo a Holguín, a un convoy formado por carros militares y varias tanquetas.
Según contó a Tiempo 21 el combatiente de la Revolución cubana, Evaristo Pérez Almanza, y protagonista de los sucesos, la tropa revolucionaria, integrada por apenas una treintena de hombres cansados y mal armados, y desmoralizaron a los soldados que a pesar de su poderoso arsenal, sufrieron varias bajas y su jefe huyó del combate en unas de las tanquetas.
Aunque no fue una gran batalla desde el punto de vista militar, la operación fortaleció el fervor revolucionario de los pobladores de la zona y la confianza en el triunfo de Fidel.
Por su parte, el ejército, para desahogar su frustración, hostigó con la aviación la zona y también el barrio de Naranjo, tomando represalias contra la indefensa población.
Días después, con la llegada del nuevo año, el primero de enero de 1959, inició una nueva etapa de trasformación para el poblado con el triunfo revolucionario.
En el lugar del combate en 1992 se construyó un sencillo monumento que recuerda los sucesos y donde aún sobreviven algunas palmas que guardan en sus troncos las visibles huellas de los disparos.
El 18 de noviembre es la fecha patria más importante de la localidad y tradicionalmente se conmemora con un acto político-cultural que convoca a toda la comunidad.
Asimismo, pioneros, jóvenes y combatientes de la Revolución cubana realizan encuentros de intercambios de experiencias, concursos y acampadas en los alrededores del histórico lugar.
Según la leyenda popular más enraizada, el topónimo se adoptó debido al escaso caudal del arroyo, el cual solo crece en temporada de lluvias.
/mdn/
Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube