Por segundo año consecutivo los Leñadores de Las Tunas tienen la alegría de contar con uno de los mejores torpederos del béisbol cubano en la actualidad: el camagüeyano Alexander Ayala, quien continúa ganando la simpatía por los batazos claves que aporta como refuerzo a las huestes del director técnico Pablo Civil.
Sin embargo, el destino parece que tiene muchos vericuetos, pues si en este 2018 repite su nombre pocos conocen que a finales de los años 50 hubo otro Ayala con igual popularidad en la entonces Victoria de Las Tunas ¡Se trataba de su abuelo! ¡Vaya casualidad!
Cuando el gran manager Aníbal Aponte armaba su novena para los partidos dominicales de exhibición contra clubes profesionales, semi profesional y amateurs casi siempre enviaba un telegrama al vecino Camagüey para solicitar los servicios de Rafael Ayala Freire y de Mario Pérez, el padre de los hermanos Cuesta, integrantes del equipo de Granjeros en Series Nacionales. A los dos se les pagaba el viaje y el alojamiento, gracias a lo cual era más potente un line up en el que figuraba también el local René «Tata» Solís. Tal vez el colega Juan Emilio Batista recuerde mejor aquellos avatares.
A diferencia de su nieto Alexander, Rafael era primera base y fue conocido como «el zurdo de San Germán» por haber sido el tercer bate de ese central en la Liga Popular de Oriente, incluso integrante de la selección oriental que viajó a Michigan en 1953. También había pasado por el central Jaronú, el club Puerto Príncipe, la Liga de Pedro Betancourt, Zaza del Medio y el Regimiento 7 (Columbia) en la liga de las Fuerzas Armadas.
Muchos fueron los batazos de este jugador que inclinaron la balanza para los tuneros en las citas sabatinas-dominicales, y ya por segundo año consecutivo se repite «el karma» con su nieto en Series Nacionales ¡Cosas del béisbol! (Oreidis Pimentel Pérez, periodista de Camagüey).
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