Desobedecer a los mayores fue una decisión muy fuerte para aquel niño de 13 años de edad. Pero las cenizas de Julio Antonio Mella por fin estaban en Cuba y Francisco González Cueto, «Paquito», como miembro de la Liga de Pioneros de Cuba, quería rendirle homenaje en el sepelio organizado por el movimiento obrero, aquel 29 de septiembre de 1933 en La Habana.
Las personas se aglomeraban en la calle Reina, a la espera del sepelio que saldría de la Liga Antiimperialista, donde se velaron los restos de Mella, hasta un obelisco que se había construido en el Parque de la Fraternidad.
Ante la esperada represión policial, los pioneros habían sido trasladados a un lugar seguro, pero Paquito con su brazalete de la Liga, una pequeña escarapela con la foto de Mella y el cartel de ¡Abajo el imperialismo! en sus manos, desobedeció la orden y se incorporó a la marcha.
[penci_blockquote style=»style-3″ align=»none» author=»»] Escuche reportaje para los Servicios Informativos de Radio Victoria
Ir a descargar[/penci_blockquote]
La policía atacó son saña a los manifestantes. Ante la andanada de disparos, muchos huyeron, pero el valiente adolescente continuó caminando hasta caer masacrado. Se convertía así en el primer mártir de los pioneros cubanos.
La Liga de Pioneros de Cuba, organizada por el Partido Comunista, agrupaba a niños de entre 10 y 14 años y devino génesis de la Unión de Pioneros de Cuba, fundada el 4 de abril de 1961 y renombrada posteriormente como Organización de Pioneros José Martí.
Actualmente, Paquito González Cueto es recordado por los pioneros que tradicionalmente organizan sus elecciones en homenaje a su mártir, y les sirve de guía en el gran reto de preservar la obra de la Revolución cubana.
/mdn/
Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube