Dedicó todas las energías de su juventud ardiente a la defensa de los sufridos obreros azucareros de Cuba y muy cara pagó, Amancio Rodríguez Herrero, su decisión de no dejarse sobornar por los patrones, como era habitual en los dirigentes sindicales de aquellos años.
A pesar de su origen humilde en el poblado de Cascorro en la provincia de Camagüey, al mudarse para el central Francisco, comenzó a relacionarse con miembros del Partido Comunista y junto a quienes aprendían las doctrinas marxistas y convertían las demandas laborales en el sentido de su vida.
En el cargo de secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros y concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz del Sur, ganó múltiples demandas a favor de la clase obrera y por ello se convirtió en una amenaza latente para los intereses yanquis en Cuba y desde el norte llegaba la orden de eliminarlo.
#Hoy 1949: agentes mujalistas asesinan a líderes obreros Amancio Rodríguez y José Oviedo Chacón. #TenemosMemoria pic.twitter.com/RmreZlzcJw
— Andres Castro (@AndresDiputado) 18 de septiembre de 2018
La seudo-organización sindical, CTK, dirigida por Eusebio Mujal sería la encargada de cometer el crimen por encargo del presidente Carlos Prío Socarrás a cambio de una gruesa suma de dinero.
Para ello, los mujalistas convocaron a una reunión con el pretexto de abordar la unificación del movimiento obrero del Central y cuando Amancio se levantó indignado por el discurso del orador, fue baleado por la espalda. También su amigo y compañero de luchas, José Oviedo Chacón, recibió un disparo a traición.
La Guardia Rural tuvo que proteger a los asesinos ante la violenta reacción de los trabajadores.
El sepelio de ambos dirigentes obreros devino una manifestación de protesta y de repudio al régimen y a las fuerzas mujalistas sin precedentes en la región.
En la despedida del duelo, el capitán de la clase obrera cubana, Lázaro Peña, anunció que algún día el crimen sería vengado y cuando eso ocurriera el central llevaría el nombre de Amancio Rodríguez.
Así se hizo realidad, el 6 de agosto de 1960 cuando el gobierno revolucionario intervino el central Francisco y los obreros allí reunidos acordaron que a partir de esa fecha el ingenio y el municipio, hoy perteneciente a la provincia de Las Tunas, llevarían el honroso nombre del incansable luchador sindical.
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